De Nayarit a la casa blanca, el café que consume Obama

En un pueblo conocido como “El Cuarenteño”, municipio de Xalisco, desde hace varios años se cultiva y produce café de calidad que literal y gastronómicamente invade la Casa Blanca desde el Gobierno de George Bush al actual

Nayarit es reconocido por la mayoría de los mexicanos por ser productor de tabaco, por sus paradisiacas playas y sitios turísticos, por su gastronomía que incluye el pescado zarandeado, por su etnia, cultura y artesanías huicholes, pero no por su producción de café.

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Sin embargo en un pueblo conocido como “El Cuarenteño”, municipio de Xalisco, Nayarit, desde hace varios años se cultiva y produce café de calidad que literal y gastronómicamente invade la Casa Blanca desde el Gobierno de George Bush al actual de Barak Obama.

El barista René Espinoza Ramírez comentó a The Exodo que este proyecto inició hace varios años y es conocido como “Grupo Terruño Nayarita” que a través de un especie de laboratorio móvil encabezado por James Kosalos, compran y recolectan café de la mejor calidad y pagan un precio justo a los productores, pero siempre cuidando todo el proceso de cultivo, empaque y secado.

La historia de cómo este café se instaló en los paladares de la Casa Blanca se remonta a 1994. En ese año Kosalos se encontraba de vacaciones en Puerto Vallarta en Jalisco y probó un café que le dejó un buen sabor de boca y además era muy aromático.

Inmediatamente pidió que le señalaran el origen de ese café y posteriormente viajó hasta las montañas del cerro de San Juan, a 900 metros sobre el nivel del mar donde se encuentra varios poblados como “El Cuarenteño” y el “El Malinal”, en el municipio de Xalisco, cercano Tepic, la capital Nayarita.

Ahí encontró a los productores del aromático que mantienen a Barack Obama y a todo el gabinete despierto, atento a la situación de esa nación y del mundo. “El café que se cultiva en esta zona de Nayarit y que se exporta al Gobierno de Estados Unidos, se va en verde, es decir sólo se seca aquí y ya en Estados Unidos se tuesta”, indicó René Espinoza, barista de El Café Inka Yani, en la Ciudad de México.

Una vez inspeccionados los procesos de producción cien por ciento orgánico, se hizo la negociación que llevaría al café nayarita a la Casa Blanca en tiempos que George W. Bush padre. Desde entonces el café de Nayarit se volvió tema de sobremesas en las reuniones del más alto nivel en Washington.

Este proyecto detonó la conformación de una pequeña cooperativa con 70 miembros en aquel entonces y se transformó en la Integradora de Productores de Café Orgánico del Estado de Nayarit, beneficiando a 5 mil 527 personas.

De acuerdo a varios portales especializados en el cultivo del café en México, las primeras semillas del aromático llegaron a Nayarit hace aproximadamente 150 años, cuando un grupo de familias francesas injertó las primeras plantaciones en la población de Malinal.

“En México pocos saben que estados como Nayarit, Puebla, Jalisco, Colima, son excelentes productores de café. Todos nos quedamos con la idea de que es Chiapas, Veracruz, Oaxaca o Guerrero. Pero en zonas de Nayarit y Puebla los productores están más abiertos a la asesoría, a emprender nuevos negocios y son los que están teniendo más éxito”, apuntó René Espinoza.

Dijo que contrario a lo que se piensa, Puebla es uno de los mayores productores de café e incluso hay fincas en esa entidad que están exportando a Alemania y Grecia. “El gran problema de la producción en México es que al interior todos toman cafés de mala calidad, sobre todo solubles y no hay una cultura para el consumo del café en grano de calidad”.

“Se requiere en México un fomento a la cultura de café, que la gente conozca que hay muchas más opciones que las grandes cadenas internacionales. Que se conozcan los tipos de café, las regiones, los aromas, el sabor, la acidez. No seguir consumiendo productos solubles, industrializados o granos quemados”, apuntó.

Actualmente en México, quien sufre una caída en la producción del café, su consumo es   bajo. Un kilo y 100 gramos por persona al año, ello porque la mayoría consume cafés solubles y eso no entra en las estadísticas.

 

 

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