Mi novio es más chico que yo

Cuando tu novio es más chico de edad que tú, pueden existir severos problemas en tu relación

Cuando un hombre sale con una mujer más joven a nadie parece hacerle ruido. Cuando ocurre a la inversa, nunca falta alguna mirada escéptica o un comentario inapropiado. Lo ideal es hacer caso omiso a los prejuicios propios y ajenos, vivir en libertad y construir el buen amor como a cada quien le siente mejor.

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Hasta hace no demasiado tiempo, los amores entre mujeres mayores de 30 años o más y hombres muy jóvenes eran considerados por muchos como excentricidades de famosos en las revistas. La realidad es que siempre hubo y cada vez hay más parejas con estas características y muchas de ellas funcionan de manera más armónica que aquellas en las que las edades se equiparan.

No es casual que haya tantas uniones “desparejas” que funcionan en plenitud. Los hombres gustan de las mujeres que gustan de sí mismas, que están seguras de quiénes son y de hacia dónde van. Muchas veces esas características se encuentran en las mujeres que están en la plenitud de la aceptación de sí mismas.

Lo que debes tener en cuenta:

Para aquellos que deciden encarar la construcción de un vínculo en el que la diferencia de edad es marcada es bueno tener en cuenta que:

– Nadie va a vivir la vida por uno. Es bueno soslayar la mirada ajena. Si bien es saludable estar abierto a las opiniones de quienes nos quieren bien, no hay por qué hacerse cargo ni seguir el camino que familiares y amigos creen mejor para nuestra vida.

– Las descalificaciones suelen venir de la mano de los temores y prejuicios ajenos.  Los comentarios tendientes a desmerecer la relación no son otra cosa que la proyección de los prejuicios o historia de otras personas sobre la misma.  No hay que tomar a las habladurías como algo personal.

– Muchos comentarios negativos suelen provenir de las propias mujeres:   uno muy habitual es “ella parece la madre de él”.   Ante este tipo de frases, lo mejor que se puede hacer es sonreír y no intentar cambiar la opinión de nadie.  La felicidad es la mejor respuesta.

– No necesariamente un hombre joven ha de ser inmaduro. Así como hay hombres mayores que jamás alcanzan la madurez, hay hombres de veinte o treinta años que tienen la sabiduría vital necesaria para llevar adelante un intercambio nutritivo.

– Es posible la armonía con los amigos y la familia de ambos. En la diversidad de personalidades y en el intercambio de experiencias todos pueden crecer.

Un vínculo con edades dispares puede ser enriquecedor: en la diferencia de saberes y procesos puede darse un crecimiento de ambos integrantes de la pareja. Sólo hay que encarar la relación con una mente abierta y ganas de construir de a dos.

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