Toluca perdía 1-0 y estaba en la lona hasta que aparecieron Uribe y Barrientos en el tiempo de compensación para darle la victoria al equipo de Cristante.

Como una Ave Fénix, el Toluca resurgió en la Liguilla en el último suspiro del partido de ida de los cuartos de final para vencer 2-1 a Monarcas.

Toda la sed de revancha que tenían los jugadores de los Diablos ante Monarcas parecía perdida durante los primeros 88 minutos, incluso tenían la desventaja en el marcador porque habían lucido inofensivos ante un equipo que había sido contundente.

Monarcas tomó ventaja en la pizarra al minuto 64′ gracia a un tiro penal que fue marcado por un cabezazo de Gastón Lezcano que pegó en la mano de Rodrigo Salinas.

Raúl Ruidíaz hizo efectivo el cobro y engañó al arquero Luis García para lograr el 1-0.

Parecía que Toluca no entendía el significado de una Liguilla en el año del centenario. Hasta que llegaron los últimos minutos.

Arengados por el entrenador Hernán Cristante, los choriceros presionaron a tal grado a los de Michoacán que tuvieron tres opciones claras de gol en muy poco tiempo.

La primera fue al 90’ cuando Rubens Sambueza filtró el balón para su compañero Fernando Uribe, quien mandó un disparo cruzado en el área y el arquero Sosa no pudo hacer nada para evitar el 1-1.

Parecía que así terminaría el juego, pero al 93’, Rubens volvió a hacer de las suyas y, tras un desborde, dio pase a Pablo Barrientos, quien sacó un disparo que Sosa atajó de manera espectacular y mandó a tiro de esquina.

El cobro de esquina fue de Rubens para Barrientos, quien desde afuera del área probó suerte y, vaya que la consiguió, porque el defensa Emanuel Loeschbor metió la cabeza y desvió a gol para el 2-1.

Así fue como el Infierno de Toluca vivió cinco minutos de Liguilla, suficientes para permitirle soñar con el pase a las semifinales tras la ventaja.

Y eso que en todo el juego la mejor llegada de los escarlatas había sido un tímido intento en los pies de Alexis Canelo, a l minuto 25, cuando el delantero argentino se plantó frente al Sosa pero remató con la parte externa del pie y mandó el esférico desviado de la portería.