Ana Lilia López de Sandoval, inauguró el festival “Unidos por Nuestras Tradiciones” en el marco de la celebración del Día del Muertos
Acompañada de miles de familias, la presidenta del sistema DIF Nayarit, Ana Lilia López de Sandoval, inauguró el festival “Unidos por Nuestras Tradiciones” en el marco de la celebración del Día del Muertos. En la calzada del panteón Hidalgo se erigieron 25 altares montados por las distintas dependencias estatales, todos ellos alusivos a destacados personajes nayaritas ya fallecidos como Emilia Ortiz, Esteban Baca Calderón y Alí Chumacero, entre otros.
La titular de la asistencia social en el estado destacó que para el Gobierno es una prioridad preservar una de las tradiciones más emblemáticas de los mexicanos y reconoció el esfuerzo de quienes trabajaron para montar cada uno de los altares de muertos.
Por su parte, la destacada directora y actriz nayarita, Mónica Miguel, resaltó el apoyo del Gobernador Roberto Sandoval al contribuir a que permanezcan estas tradiciones en Nayarit. “Qué bueno que Roberto Sandoval, que es tan accesible, que es tan sentimental y con una alma bella, apoye estas actividades, tenemos que continuar con todas nuestras tradiciones, porque los recuerdos los llevamos en el alma”.
El festival “Unidos por Nuestras Tradiciones” contó con diversas actividades culturales, musicales y teatrales para chicos y grandes, verbena popular con antojitos mexicanos que miles de personas disfrutaron en un ambiente de total seguridad.
La tradicional corona de flores naturales
En Nayarit, la costumbre para celebrar el Día de Muertos se resumía a la elaboración, en familia, de coronas de flores naturales, que luego serían colocadas en las tumbas de los difuntos.
Sin embargo, la tradición fue modificada con la introducción de altares, como en el centro del país, y actualmente, las coronas ya no son el atractivo principal del ritual.
El arqueólogo, del área legal y técnica del centro INAH Nayarit, Francisco Samaniega Altamirano, explicó que a partir de los años 90, las coronas de muertos de la región se acompañan con la instalación de altares.
En los altares se colocan flores, dulces, comida, frutas, veladoras y más, cuando por iniciativa del exgobernador Celso Humberto Delgado promovió la instalación y concursos de altares, al estilo del Distrito Federal.
El arqueólogo dijo que la corona, es una representación “de la muerte como coronación, o consumación de la vida; esa idea se repite por todo México, América Latina y es una herencia española y portuguesa, pero representa un ritual de la idea judeo cristiana”.
Antes de los años noventa, el festejo se resumía a que “en días previos al 1 y 2 de noviembre, las familias se reunían para elaborar las coronas y tenerlas listas para llevarlas al panteón, que era el momento ritual característico de esta actividad, y eran elaboradas con armazones de carrizo o zacate, forradas con flores naturales, conocidas como cordón de obispo y moraditas”.
El arqueólogo mencionó que también se utilizaba la hoja de maíz o maguey para crear estas flores que poco a poco se fueron elaborando con papel de china, crepé, e incluso cera.
“Luego se introdujo el plástico y actualmente, son artificiales, de papel, montadas sobre hule espuma o unicel, aunque en muchos lugares se siguen haciendo naturales”, dijo.
Además, comentó que a la par de estas ofrendas, en las casas mestizas y en las comunidades indígenas coras, se colocaba en un espacio, vasos de agua, sal, veladoras y objetos religiosos, únicamente, “ya que éstos creían que los muertos sólo se alimentaban de agua y sal”, afirmó Samaniega.
Sobre la adopción de los altares de muertos con otros elementos, el investigador dijo que “los que se usaban en Nayarit, no tenían cinco escalones, ni pan, ni todos esos objetos, además la flor de cempasúchitl, no se utilizaba porque no era común en la región”, concluyó.