¿Mariguana libre en el corto plazo?

Con visión ciudadana

A muchos seguramente deberá escandalizar la idea de que la mariguana sea “legalizada” dejando su producción y consumo para uso personal en el plano de lo realizable legalmente hablando, de momento solo las cuatro personas que acudieron en busca del amparo y protección de la justicia federal podrán cultivar y consumir su propia mariguana, aunque ellos de antemano declararon que no es su intención prioritaria sino únicamente meter en el debate público el cambio de rumbo en la estrategia de seguridad con la despenalización del consumo de la mariguana, objetivo que obviamente lograron con creces.

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Las primeras reacciones del Gobierno Federal han sido modestas, a través del vocero de la Presidencia recalcaron que el amparo promovido solo cubre a los cuatro quejosos del recurso judicial y que por ningún motivo esto cambia de momento la postura y planeación del gobierno de Enrique Peña Nieto, aunque como había comentado previamente en este espacio, parecía a este servidor que la maniobra fue operada desde el Gobierno Federal para tantear las aguas y ver como recibía la sociedad la posible legalización de la mariguana, la estrategia aunque controversial representa importantes beneficios para el gobierno aunque todavía no lo ha admitido, en una época de escases de recursos financieros la potencial regulación de la mariguana para uso medicinal y recreativo podría significar cuantiosas entradas fiscales para el Gobierno Federal.

La experiencia que ha dejado nuestro vecino del norte, casi mentor en cuestión de políticas gubernamentales ha dejado claro que la legalización de la mariguana es no solo factible sino que no representa grandes consecuencias en términos de gobernabilidad, los estados que desde hace meses han abierto el consumo de este estupefaciente no han registrado picos en los delitos o en suicidios ni nada negativo por el contrario, además de algunos lugares donde ha disminuido la violencia, el tema fiscal continúa siendo muy atractivo, desde la generación de nuevos empleos legales hasta la recaudación fiscal, el movimiento hasta el momento ha sido positivo para quien se ha aventurado en tomar ese camino.

Ciertamente la sociedad norteamericana no es la mexicana y nuestros connacionales bien pudieran no tomar ese camino de civilidad y crear un despunte en el consumo y en las consecuencias negativas, pero sin un estudio concreto que determine una u otra situación, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los promoventes del famoso amparo y ahora autorizados consumidores  han puesto el dedo en el renglón y el movimiento de legalización parece no encontrará mayor barrera para lograr su cometido, incluso algunos legisladores ya se han apuntado para presentar iniciativas y llevarse el crédito por impulsar un proyecto de ley que hasta el momento parece bien aceptado entre la población.

En estos tiempos de cambios tan repentinos, con la tecnología avanzando a ritmos vertiginosos, ya nada me sorprende, si viene el cambio que sea lo que tenga que ser, quien desee consumir estupefacientes como si fueran dulces estará en su derecho, a uno no le queda sino apechugar si no estamos de acuerdo, escuchar y atender a lo que dicen las mayorías es el principio básico de una democracia, veremos.

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