El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó este jueves a prohibir que los particulares puedan tener fusiles de asalto de tipo militar, como parte de una serie de anuncios para controlar la violencia por armas de fuego en el país.

“Deberíamos prohibir los fusiles de asalto y los cargadores de alta capacidad», indicó en una ceremonia en la Casa Blanca en la que afirmó que los tiroteos son una «epidemia».

Biden aseguró que con la ayuda del Congreso o sin ella buscará formas de proteger a la ciudadania.

“Ya sea que el Congreso actúe o no, voy a utilizar todos los recursos a mi disposición como presidente para mantener al pueblo estadounidense a salvo de la violencia armada», prometió Biden durante un discurso en el Rose Garden.

Y es que si bien, la Cámara aprobó un proyecto de ley de verificación de antecedentes el mes pasado, las medidas de control de armas enfrentan escasas perspectivas en un Senado dividido equitativamente, donde los republicanos permanecen casi unificados contra la mayoría de las propuestas.

Las acciones de Biden endurecen las regulaciones sobre los compradores de «armas fantasma», armas de fuego caseras que generalmente se ensamblan a partir de piezas y se muelen con una máquina cortadora de metales y, a menudo, carecen de números de serie para rastrearlas.

Con una segunda regla propuesta, prevista dentro de 60 días, se podrían endurecer las regulaciones sobre los soportes estabilizadores de pistola, como el que utilizó el tirador de Boulder, Colorado, en un tiroteo el mes pasado que dejó 10 muertos.

La regla designará las pistolas que se utilicen con tirantes estabilizadores como rifles de cañón corto y que requieren una licencia federal para poseerlos, además de que están sujetos a un proceso de solicitud más exhaustivo y a un impuesto de 200 dólares.