El Papa Francisco se puso este miércoles en guardia contra los fieles que chismorrean y “despellejan a los demás” a la salida de la misa, afirmó que esa costumbre “destruye” las comunidades y altera la paz.

“¡Por favor, dejemos de chismorrear!”, clamó durante la audiencia pública semanal que presidió ante más de 15 mil personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

Subrayó que el saludo de la paz, que los feligreses se dan en la misa, les compromete a trabajar para mejorar la concordia en la parroquia, favoreciendo el acuerdo con los demás, incluyendo y no descartando o marginando.

Además, siguió, los debe llevar a cooperar con quien es diferente a uno, conscientes que la comunidad cristiana se edifica mediante riquezas diferentes y complementarias, porque “el espíritu” es creativo y no repetitivo.

Advirtió que “los chismes son guerras” porque “destruyen lo que hace Dios”, mientras los cristianos deberían ser hombres y mujeres de paz.

“Palabras buenas, de las que edifican, no las de los chismes que destruyen: cuando salgan de la iglesia, por favor, piensen que la paz recibida es para darla a los demás, no para destruirla con el chismorreo”, insistió.

Más adelante, el líder católico subrayó que en la Iglesia católica no hay patrones y subordinados, porque la institución la forman todos sus miembros y su trabajo avanza gracias a la contribución de quienes la constituyen.

“Algunos piensan que la Iglesia tiene patrones (el Papa, los obispos y los sacerdotes), y luego los obreros, que son los demás; no, la Iglesia somos todos, y todos tenemos la responsabilidad de santificarnos, de cuidarnos los unos a los otros”, apuntó.