A juicio del magistrado presidente Ismael González Parra, el Código de Ética “no es una simple guía informativa sino un catálogo formativo de valores y principios que se convertirán en directrices para incentivar el trabajo de todos los días” en la institución

En sesión conjunta de los Plenos del Tribunal Superior de Justicia y el Consejo de la Judicatura, fue aprobada la publicación del Código, elaborado tras un amplio proceso de consulta y con la colaboración de personal judicial y abogados externos, incluyendo académicos.

En su oportunidad, el Magistrado Presidente reconoció la participación de quienes elaboraron en forma colegiada el Código de Ética y al respecto, indicó que “sin cortapisas debemos actuar por el camino de la integridad institucional”, evitando que el Poder Judicial “se sumerja en la perversidad, la corrupción y la sumisión a intereses o negocios particulares”.

González Parra añadió en la muy concurrida sesión que “el desafío más importante radica en que actuemos bajo normas de conducta que se traduzcan en un comportamiento profesional intachable, creíble y libre de toda sospecha”. Dijo asimismo que la investidura de los juzgadores es de muy alta dignidad moral y legal: en cada proceso, en cada sentencia, están en juego los bienes más preciados de los justiciables.

Manifestó que la tarea de impartir justicia no es obra exclusiva de Magistrados y Jueces, por lo cual el Código regirá también para el resto del personal jurisdiccional y el administrativo, quienes “proyectan con su trabajo el profundo sentido de responsabilidad que implica la función judicial”.

En la mencionada sesión y también en forma unánime, los Plenos aprobaron el acuerdo general para declarar a 2020 como el Año de la Ética Judicial en la institución.