Véritas Liberabit Vos
Así en esta ocasión: Aguascalientes, Zacatecas, Sinaloa, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz y Durango serán los estados donde el Palacio de Gobierno de la capital cambie de rostro y tal vez de partido de origen, un rostro que inició después de la primera década del año dos mil y que ahora enfrenta un panorama un tanto distinto a lo que acontecía por aquellos meses del 2010.
No podemos negar que estas elecciones se darán en un contexto caracterizado por circunstancias singulares como lo es lo establecido por la Ley general de Instituciones y Procedimientos Electorales en su libro séptimo, título primero correspondiente a los artículos del 357 al 430 donde se marca la figura del Candidato Independiente ya utilizada el año anterior y que dio origen al actual Gobernador de Nuevo León Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” y el Diputado jalisciense Pedro Kumamoto prototipos sobre todo el primero a ser considerados como arquetipo para algunos contendientes que no cuentan con el respaldo de su partido o ciudadanos sin partido que aspiran a ocupar un cargo público, tal como es el caso que ha estado sonando entre otros como el de Manuel Clouthier en Sinaloa y el de José Luis Barraza en Chihuahua
Esta situación que no existía en el 2010, se une al fenómeno ya vivido de la tendencia a la fragmentación del voto, ya que las estadísticas marcan que en el año 2000 el noventa y cuatro por ciento de la votación se centraba en los tres grandes partidos, muy diferente al sesenta por ciento que se señala existió en el 2015, razón mayor para considerar que las alianzas estratégicas entre partidos deberán ser una fortaleza para consolidar la fuerza y la unidad de los mismos, y como tercer punto la cada vez más importante estrategia de utilizar electoralmente bien las redes sociales para la penetración de la relevancia y presencia ante el electorado, pero igual al no ser correctamente dirigido puede ser un vector primordial sobre todo cuando de una manera masiva se quiere desacreditar o vituperar la imagen o labor de un candidato.
De estas doce entidades en disputa, el PRI gobierna actualmente nueve de ellas, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas, el PAN gobierna dos ganadas en coalición Puebla y Sinaloa, en Oaxaca gobierna la coalición Movimiento Ciudadano-PRD- PAN una mezcla por demás inverosímil que más bien es Gabino Cué quien sustenta el poder independientemente de cualquier irónica alianza.
Es punto por demás de analizar que aunque las aristas mencionadas que inciden sobre esta elección como son la ya expuestas de la fragmentación del voto, los candidatos independientes o el uso positivo o no de las redes sociales, en la mayoría se vislumbra una mayor fortaleza de la tendencia vista en esta elección extraordinaria de Colima, la fuerza del Partido Revolucionario Institucional en los estados por el gobernados da una certidumbre de hacia dónde puede dirigirse la votación, cuanto más si la selección del candidato recae en ciudadanos comprometidos con el trabajo honesto y decidido.
Son panoramas diferentes, la violencia que caracterizó al sexenio anterior ya no es punto común que enrarezca la libre marcha de los comicios como sucedió en el 2010 en Tamaulipas donde la tragedia enlutó las mismas cuando Egidio Torres Cantú suplió la candidatura de su fallecido hermano Rodolfo. Ahora tal vez personajes como Gabino Cué en Oaxaca, Javier Duarte en Veracruz o Moreno Valle de Puebla sean los más cuestionados en su accionar ejecutivo, lo mismo que el saber que para esos dos últimos estados la elección será solo para ocupar la gubernatura por dos años, ya que por cambio de la Ley electoral de esas entidades, ésta se empatará con la Federal.
Interesante ver cómo se empiezan a mover las fichas dentro de este tablero político, situación que estará inmersa en un marco de organización, estrategia, visión y experiencia, que nos da a notar que el tiempo electoral ha comenzado.