Véritas Liberabit Vos
Por Daniel Aceves Rodríguez
Como ya es costumbre desde el año 2004, el pasado día quince o dieciséis de abril, todos los equipos de las grandes ligas de béisbol (MLB) lucieron en sus playeras el mítico número 42 como un símbolo por la igualdad y contra todo tipo de racismo hacia las personas de color.
Esta fecha es conmemorado a lo largo y ancho de todos los estadios y diamantes beisboleros de la liga por el controvertido debut que en 1947 tuviera Jackie Robinson, rompiendo aquella barrera racial que pesaba en la atmósfera de una Unión Americana que se restablecía de la postguerra y que frente a la incredulidad, oposición y resistencia de muchos veía como un pelotero de color se enfundaba en el uniforme de los Dodgers de Brooklyn desafiando así al gran coloso de mil cabezas.
Los Estados Unidos habían culminado la Segunda Guerra Mundial, su participación que dio inicio como respuesta al ataque nipón a la Base naval de Pearl Harbor un 7 de diciembre de 1941 obligando estos hechos a que el entonces Presidente Franklin D. Roosevelt declarara la Guerra al Japón uniéndose así en el bando aliado tanto en el Pacífico como en Europa; la participación que tuvo esta potencia fue vital en el desarrollo de la guerra que inclinó la balanza para vencer a las tropas del Eje casi cuatro años después.
Ahí estaban los norteamericanos, honrosos ganadores de una conflagración que había mantenido en vilo al mundo de la mitad del Siglo XX ante una efervescencia ideológica que atacaba con un sistema encabezado por un “Sigfrido” y un “César” que junto a un “Samurai” eran considerados una amenaza al mundo libre, los norteamericanos eran así los paladines de la libertad, de la victoria, de la representación del respeto a la vida, la integridad y seguridad del ser humano, pero…
En el país las cosas no eran tan igualitarias para las personas de color, no obstante que en el siglo anterior después de que en 1865 se había abolido la esclavitud consecuencia de la cruenta guerra de Secesión así como las Enmiendas que para este tema fueron turnadas por Lincoln, la discriminación hacia las personas de color en muchos Estados se habían extremado y como la Ley establecía igualdad de derechos para todos los ciudadanos, el supremacismo blanco usó el término de segregación racial que fue legal por mucho años, “Separados pero iguales”, donde las oportunidades fueran iguales para todos.
La realidad era otra, las oportunidades educativas, de trabajo, de vivienda, salud, económicas no eran iguales, la segregación se manifestaba en lugares donde solo aquel con piel blanca podía pasar o disfrutar de los servicios, mientras que las personas de color eran relegadas a utilizar sanitarios en ínfimas condiciones, separados en los espectáculos, negándoseles acceso al transporte público, sufriendo vejaciones y ser señalados tan solo por tener una piel con otra pigmentación.
El deporte no fue la excepción, El Béisbol, que se ostentaba orgullosamente como el rey de los deportes solo contaba con jugadores de piel blanca, para las personas de color existía una liga inferior llamada despectivamente “Negro League”; fue entonces cuando surge la singular idea del empresario beisbolero Branch Ricket dueño de los Dodgers de Brooklyn de incorporar en sus filas a un pelotero de color, de entre un gran número de prospectos eligió a Robinson por su temperamento indómito y firme, su idea parecía descabellada pero Ricket dentro de su mundo de negocios también quería dar una lección a sus compatriotas de ideas obcecadas.
Primero lo incorporó a su filial de liga menor Reales de Montreal donde Jackie destacó grandemente, y ante la incredulidad, rechazo, y vituperio se armó de valor y lo hizo debutar con el equipo mayor un 15 de abril de 1947 portando el número 42, no sin antes advertirle a Jackie de todo aquello que podría recibir por parte no solo del público, sino de sus mismos compañeros.
Ricket tenía razón la andanada de críticas, insultos, vejámenes no se hicieron esperar; cartas de amenazas, intentos de ataques a su persona, boicots de los Hoteles para no recibir al equipo, enemistad de sus propios compañeros donde un grupo realizo un escrito dirigido al dueño para decir que no jugarían más si una persona de color militaba en sus filas; el ser humano embargado por ideas absurdas y de orgullo hacía ver la cara más triste de la intolerancia y falta de caridad.
La tempestad se sorteó, hubo momentos de agobio y de desesperación por parte de este jugador, igualmente el dueño del equipo se mantuvo ante tanta presión e insidia, la actitud, su deportivismo y la capacidad de este jugador fue demostrando en el terreno de juego y en el trato con sus compañeros que el color de piel no es ninguna limitante, poco a poco se fue ganando el reconocimiento y el cariño de la gente que al final de temporada lo reconoció como el Novato del Año.
Jackie Robinson había abierto la puerta para eliminar la segregación en el deporte, después de él vinieron muchos más; hazaña muy anterior a un Martin Luther King o un Malcom X que siguieron luchando por la igualdad de los afroamericanos en aquél país llamado a ser el paladín de la Libertad.
En recuerdo de ello el número 42 fue retirado en todos los equipos pero vuelto a portar significativamente por cada uno de los jugadores en la fecha del 15 de abril, como muestra de respeto y reconocimiento de igualdad olvidando aquellas posturas de segregación que tanto dolor y amargura causaron.