Lo primero que nos preguntan es cómo controlar el uso de la tecnología y limitar el tiempo de pantalla de los niños. Esas preguntas se repiten en todo el país y en toda Europa y Asia desarrollada
Cuando vamos por el mundo dando charlas para padres, la primera pregunta que nos hacen es cómo controlar el uso de la tecnología y limitar el tiempo de pantalla para los niños. Hemos hecho encuestas a públicos de padres, enumerando las preocupaciones comunes y preguntando cuáles son sus mayores temores. Incluimos todo, desde la rivalidad entre hermanos hasta el consumo de sustancias, y desde la experimentación sexual hasta el acoso y las dos opciones que siempre figuran en primer lugar -las dos mayores preocupaciones de los padres- son las actitudes exigentes y la adicción a la tecnología y su utilización excesiva.
Ahora bien, estas dos mayores preocupaciones están estrechamente ligadas. Los chicos con actitudes exigentes piensan esencialmente “Merezco tener todo lo que tienen mis amigos y todo lo que quiero y no tengo por qué esperar para tenerlo ni debo esforzarme”. Y una de las principales cosas a las que sienten que tienen derecho es a la tecnología -teléfonos inteligentes, tablets, videojuegos y más tiempo de pantalla y más medios sociales.
Y los padres están preocupados. Les preocupa no sólo que pasen demasiado tiempo online sino también la forma en que los mensajes de texto y los medios sociales están reemplazando el diálogo real y la interacción personal, y hasta qué punto el tiempo de pantalla evita que estén al aire libre, que hagan ejercicio y que tengan una interacción social saludable y personal con sus pares y hasta con sus hermanos y sus padres. Y, naturalmente, también les preocupa el acoso, la obscenidad, la pornografía y la crudeza a las que están expuestos sus hijos online; para no mencionar la cultura de la farándula, la cultura materialista y todas las demás culturas negativas que pueblan internet.
¿Qué pueden hacer un padre y una madre, entonces?
Bueno, en primer lugar, cada familia, cada situación y cada niño es diferente, o sea que debemos desconfiar de las soluciones universales. Pero a continuación presentamos algunos principios que consideramos válidos para todas las familias.
- Fijar un tiempo de pantalla que sea aplicable. Háblenlo con sus hijos, empezando por los peligros que existen y señalando aquello de lo que puede alejarlos. Reciban sus comentarios pero díganles que serán ustedes quienes fijen los límites.
- No permitan que los chicos tengan sus laptops o sus teléfonos en su cuarto. Que los usen en la sala de estar o la cocina o en otras partes públicas de la casa y que los dejen allí cuando se van a dormir o a sus dormitorios.
- No dejen que los chicos menores de 14 años tengan un teléfono inteligente. Si quieren contactar a sus hijos y que ellos puedan contactarlos a ustedes, cómprenles un teléfono básico del que puedan llamar o enviar mensajes de texto pero nada más.
- Tengan un enrutador Wi-Fi que puedan apagar cuando no quieren que nadie esté conectado (como la hora de la cena o después de acostarse).
- En una reunión familiar, hablen de qué medio social está permitido en la familia y por qué. Hablen de lo que es apropiado o inapropiado online y en los medios sociales y hagan una lista de lo que está permitido y no permitido a los miembros de la familia.
- En otra reunión familiar, hablen juntos sobre los pros y los contras de la tecnología y de los medios sociales. Hagan participar a los chicos en la discusión sobre cómo funcionan sus cerebros y cómo los afectan los medios sociales. Hablen sobre las adicciones y cómo saber si uno es adicto al tiempo de pantalla.
- Den el ejemplo. Si ustedes dejan de lado el teléfono por la noche y limitan su tiempo online, los niños lo percibirán y tanto la discusión como la disciplina se volverán más naturales para ellos.
- Piensen en convenir un “contrato sobre tecnología” que establezca qué aparatos pueden tener los chicos y cuándo, quién pagará por los aparatos y por el Wi-Fi cuando tengan acceso a sus teléfonos inteligentes y otra tecnología y en los casos en que no lo hagan, cómo controlarán su uso de los medios sociales y los sitios web, etc.