A veces tienes toda la disposición del mundo para bajar de peso. Dejas de comer porquerías, aumentas tu actividad física… y cuando crees que ya todo va a salir bien, llega tu mamá con unos muffins de chocolate que le compró a la vecina por buena onda. ¿Apoco no?
Entonces muchas veces puede que no sea tu culpa, las demás personas son las culpables que no te dejan bajar de peso y te tientan a comer cosas deliciosas pero engordadoras. El problema es que a ti es a la que te afecta a fin de cuentas.
Lo primero que debes hacer para tratar el problema es identificar quiénes son estas personas que no te dejan avanzar para poder frenarlas.
Tu novio
Uno de los peores responsables de que no puedas hacer tu dieta porque te invita a restaurantes ricos y con porciones enormes y deliciosas, te lleva chocolates y te invita por helados con bastante frecuencia.
Tu mamá
Muy tiernamente tu mamá se acerca contigo porque no quiere “pecar” sola, entonces te invita a que se coman un pastel juntas y sean cómplices. El problema es que tu mamá sabe perfecto lo que te gusta y logra convencerte porque no puedes resistirte al pastel de tres leches con 5 kg que trajo tu mamá. ¿Verdad?
Tu mejor amiga
Malas noticias: si tu mejor amiga tiene sobrepeso u obesidad, ¡las posibilidades de que tú tengas sobrepeso u obesidad aumentan un 57%! Los hábitos se pegan y en este caso el dicho de “dime con quién te juntas y te diré quién eres” es muy cierto. Sobre todo si vas a comer seguido a su casa donde tienes que seguir sus hábitos o si cada vez que se ven es en un lugar donde haya comida.
La solución
¡Habla con ellos! Como te darás cuenta, todas éstas son personas que quieres y te quieren, por lo que hacerte engordar no es realmente su objetivo principal, sólo quieren compartir cosas contigo o hacerte sonreír. Habla con ellos y diles que por el siguiente mes te ayuden a cumplir tu objetivo, sé tú quien los lleve a comer más sano en vez de que sea al revés.