Aquellos bebés que nacen entre diciembre y mayo tienen un desarrollo motriz más rápido, indica un estudio israelí
La estación del año en la que nacen los bebés influye en su desarrollo motor, sobre todo en el primer año de vida. De esta manera, los pequeños nacidos en invierno, en los meses que van de diciembre a mayo, empiezan a gatear antes en comparación con los que nacen en verano (junio noviembre).
Lo anterior fue descubierto por el Dr. Osnat Atun.Einy, del Departamento de Fisioterapia de la Universidad de Haifa y por los doctores Dina Cohen, Moran Samuel, así como el profesor Anat Scher, del Departamento de Consejería y Desarrollo Humano de dicha institución que se encuentra al norte de Israel.
Bebés invierno-primavera gatean más rápido
El estudio se realizó con 47 bebés sanos con patrones de desarrollo típicos, que fueron divididos por grupos. El primer grupo lo conformó los bebés “verano-otoño”, 16 bebés nacidos entre junio y noviembre. El segundo estaba integrado por los bebés “invierno-primavera”, 31 niños nacidos entre diciembre y mayo.
El análisis consistió en observar su desarrollo motriz en los hogares de los bebés a los siete meses de edad y sesiones de seguimiento cuando empezaron a gatear. Se le pidió a los padres registra las etapas de desarrollo de sus bebés, antes y después del monitoreo.
En las pruebas los científicos utilizaron la Escala Motriz del Infante Alberta (AIMS, por sus siglas en inglés), una evaluación observacional de alta fidelidad basada en cuatro posiciones: estómago, espalda, sentado y pie.
Los bebés de diciembre gatearon cinco semanas antes
La edad media a la que los bebés empezaron a gatear fue de 31 semanas pero, mientras los bebés que nacen en invierno comenzaron a arrastrarse en verano y gatearon en promedio a las 30 semanas, los nacidos en verano (que comenzaron a arrastrarse en invierno), gatearon en promedio hasta la semana 35.
Los bebés invierno tuvieron una mayor puntuación también en las posiciones, la de estómago registró la diferencia más significativa. Según los investigadores, estos hallazgos refuerzan la hipótesis de que existe una importante relación entre el efecto del estrés de la temporada o estación del año con la oportunidad de comenzar a gatear.
“La diferencia de cinco semanas en la aparición de gateo constituye el 14 por ciento de la vida de un bebé de siete meses de edad, por lo que es significativo”, apuntan los expertos.
No hubo diferencia por género
Llama la atención que no hubo diferencias significativas entre niñas y niños, pero sí advierten que la ubicación geográfica y el clima local donde se realizó el estudio debe ser considerado. Otros estudios realizados en Denver, Colorado, en los Estados Unidos y en Osaka, Japón, también encontraron este efecto estacional que corresponde con los resultados de Haifa.
Sin embargo, un estudio hecho en Alberta, Canadá, donde los inviernos son largos y fríos, pero donde el ambiente en el hogar (debido a la calefacción de invierno) es muy similar todo el año, no se observó el efecto estacional