El delantero argentino tiene un gran partido, donde los blaugranas derrotan 1-0 (3-1 global) al Manchester City
El Barcelona, liderado por un Leo Messi magistral, se clasificó para los cuartos de final de la Champions League al derrotar por la mínima (1-0) al Manchester City, al que pudo endosar una goleada de escándalo y, sin embargo, dejó que siguiera vivo hasta el minuto 77, cuando Ter Stegen le paró un penalti a Agüero que evitó el sufrimiento local en la recta final.
Junto al Leo estelar, emergió esta noche la enorme figura de Joe Hart, con una decena de intervenciones de mérito que impidieron hoy que su equipo dijera adiós a la competición firmando un descalabro de los que habrían hecho época.
El partido apenas rebasó la media hora de juego cuando el Camp Nou empezó a corear el nombre de Messi, el jugador más en forma del momento, el mejor futbolista que probablemente haya dado la historia y que este miércoles ofreció una de esas actuaciones memorables que frecuentemente coinciden con las noches de Champions.
El argentino ponía en evidencia a los jugadores celestes cada vez que agarraba el balón. Un caño por aquí, un regate por allá, un pase filtrado entre un bosque de piernas visitantes a la siguiente ocasión. Kolarov, De Michelis, Kompany, Silva… todos llegaban tarde al recital y ninguno era capaz de frenarle si no era derribándole en falta.
A cada jugada suya, arrancaba las exclamaciones de admiración del público, incluido los de Pep Guardiola, quien alucinaba desde la grada con las cosas que hacía la ‘Pulga’, como si no le hubiese visto repetirlas en cada partido, en cada entrenamiento, durante cinco años.
Dos faltas rozando las escuadra, una combinación maravillosa con Neymar e Iniesta que él mismo terminó con un remate seco rechazado por Hart y un pase magistral, a la espalda de la zaga visitante, para que Rakitic se estrenase en la Liga de Campeones es sólo un resumen de lo que Messi hizo en la primera mitad.
Pero hubo mucho más. Jugó como quiso y donde quiso. Casi siempre bajando a recibir para buscar la superioridad en el centro del campo, combinar con Iniesta, Alves, Neymar o Luis Suárez y desnudar a la defensa del City, que hoy, de nuevo en unos octavos de final de la Champions, confirmó que sigue estando para empresas menores.
Contagiados por la magia del astro argentino, Ney y Suárez también tuvieron su cuota de protagonismo, en una de esas noches aciagas de cara al gol.
El brasileño, al poco de empezar el choque, y el uruguayo poco antes de llegar al descanso, pudieron batir a Hart, pero ambos estrellaron el balón en el poste.
El City, con algo más de empuje que en la ida gracias a la presencia de Touré Yaya, lo intentaba pero no podía. Milner tuvo la más clara delante de Ter Stegen, pero Alves se anticipó al remate. Luego, los británicos solo se acercarían a la meta azulgrana con un par de tiros lejanos de Koralov y del Kun.
Los de Manuel Pellegrini siguieron sufriendo el ‘vendaval Messi’ tras la reanudación. El de Rosario regaló medio gol a Alba y otro medio a Suárez, pero el primero se encontró con Hart y el segundo estrelló el esférico en el exterior de la red. También buscó su gol en un cuatro o cinco ocasiones más en las que se adornó demasiado ante el inconmensurable Hart.
A la hora de partido, el Barça podía haberle metido tranquilamente media docena al City, tímidamente mejorado con la entrada de Navas por un desquiciado Nasri pero que sólo llegaba de forma aislada a la portería de Ter Stegen.
Un error del meta alemán, que se dejó robar la cartera por Agüero, casi le cuesta el empate a los azulgranas, y Touré también estuvo a punto de hacer el gol visitante en un disparo desde la frontal que salió rozando el poste.
Pellegrini metió toda la carne en el asador con el cambio de Touré por Bony, pero el City dejaba una autopista por bandas y una inmenso agujero negro a la espalda de la zaga.
A Alba le anularon un gol por fuera de juego y, entre Neymar y Suárez, tuvieron cuatro o cinco mano a mano con Hart del que el portero inglés siempre salió vencedor.
A falta de trece minutos par el final, el árbitro señalaría penalti en un contacto entre Piqué y Agüero, pero Ter Stegen adivinó la intención al argentino y evitó que el partido se le complicara al Barça. Hubiera sido demasiado premio para un City tremendamente inferior en el global de la eliminatoria.