Y eso si pensamos a futuro, no sabemos aún cuál será el desenlace de los comicios, pero sí tenemos un elemento para reforzar la idea de que son las mujeres quienes hoy por hoy están sacando la casta para dar un poco de contención a la crisis política que atraviesa nuestro país. Y no sólo eso: para intentar salvar el poco prestigio que les queda a todos los partidos políticos en nuestra tristemente desprestigiada democracia.
Pero no sólo en la parte electoral: las calificaciones de los miembros del gobierno federal no son la excepción a esta misma afirmación. A lo largo de estos meses que van del 2015, se han dado a conocer números que hablan de la percepción del gabinete que acompaña al presidente Peña Nieto. De su desempeño y, claro, su aprobación. Sabemos que ya acabó la luna de miel entre los partidos y el Ejecutivo. No más Pacto por México. Sabemos también que los de ahora son tiempos que a todos, sobre todo a quienes despachan en el gobierno federal, pillaron por sorpresa. En promedio, el índice de aprobación de este gobierno ha ido constantemente a la baja. Así lo documentan todas las encuestas publicadas (BGC-Excélsior, GEA-ISA, Parametría-El Financiero, Reforma, IPSOS, Buendía & Laredo-El Universal y Consulta Mitofsky). Pero —¡oh, grata sorpresa!— curiosamente, en la evaluación que se hace en estas encuestas sobre el desempeño y aprobación de cada uno de los integrantes del gabinete, son tres mujeres las que hoy están en el cuadro de honor (o, al menos, no están en el del deshonor). Las secretarias de Estado de Enrique Peña Nieto no sólo “se salvan” de las opiniones negativas, sino que han logrado ser, prácticamente, las únicas en crecer sus opiniones favorables.
Rosario Robles, de Sedesol, Claudia Ruiz Massieu, de Sectur y MercedesJuan, de la Secretaría de Salud, son las estrellas de un gabinete tan lastimado por los escándalos que han circulado a su alrededor. Las opiniones “buena” o “muy buena” de las tres son, por mucho, superiores a las de sus pares varones. Y las opiniones “mala” o “muy mala” abrumadoramente inferiores si se les compara con los mismos. Así pues, los números de “opinión efectiva” (que sale de la resta de la calificación positiva y la negativa), nos dicen que Rosario Robles tiene un más 40%; Claudia RuizMassieu, un más 27% y Mercedes Juan un más 19 por ciento. Muy por encima de los secretarios que registran porcentajes que van entre el menos 12% y el menos 15 por ciento. Ellas, las mujeres, son las que están salvando la evaluación del gobierno federal.
Ojalá el presidente tome nota de los números (que nunca mienten). Ojalá decida hacer correcto uso del capital político que le representan estas funcionarias. Y que incluya a varias nuevas en su gabinete. Los datos duros indican que ésta debería ser no sólo una estrategia de reposicionamiento, sino prioridad para su administración: a ésta que todavía le quedan largos tres años y medio por delante. Y no por el hecho de ser mujeres (no es feminismo consignatario), sino porque las tres secretarias han dejado en claro su capacidad para administrar y resolver altas responsabilidades. Porque así lo dicen hoy los números: las mujeres de su equipo, al día de hoy, son las que están salvando a Peña Nieto.