Bancos de especies como robalos, lisas, carpas, tilapias, se podían localizar entre los manglares ya sin vida. La contaminación por combustible afectaría incluso los ostiones
Las aguas del estero El Tule muestran señales de desolación. El olor a peces muertos golpea desde la llegada y las gaviotas y uno que otro buitre revoloteaban, tomando cuanto pez se les antojaba sin dificultad.
Bancos de especies como robalos, lisas, carpas, tilapias, se podían localizar entre los manglares ya sin vida. La contaminación por combustible afectaría incluso los ostiones.
Desde el miércoles por la mañana se registró una explosión en una toma ilegal de Pemex, en el poblado Calomato, Mocorito, y a tres kilómetros del lugar se detectó una fuga de combustible en otra toma ilegal.
El combustible de la fuga habría llegado hasta el dren Pericos que va al estero El Tule, conocido como Los Algodones, mismo que desemboca frente a la bahía Santa María.
Además de la muerte de los peces, la contaminación en el estero podría afectar poco más de 2 mil hectáreas de granjas acuícolas que se surten del líquido y que dependen del recambio de agua para mantener la sanidad y oxigenación adecuada del camarón.
En un recorrido con productores acuícolas y representantes del Comité Estatal de Sanidad Acuícola, se supervisaron los daños, por lo que demandan la actuación de las autoridades de ecología e información de especialistas para tratar el problema.
El derrame sorprendió a los productores en medio del ciclo acuícola, por lo que no están en posibilidades de adelantar la cosecha debido a las bajas tallas del camarón.
“El jueves detectamos el agua con apariencia grasosa y con olor a gasolina, lo atribuimos al derrame en la semana de la explosión que hubo en la zona de Pericos, ese arroyo desemboca al estero de donde captamos el agua, ahorita lo que nos está afectando más es que en la operatividad de la granja requerimos agua nueva para mantener oxígeno y buena calidad”, explicó Carlos Contreras.
El productor de Acuícola Casablanca aclaró que desde que detectaron el problema no han hecho uso del agua del estero.
“Va a llegar el momento que la situación va a ponerse crítica y vamos a tener que tomar agua de donde sea, lo que más nos va a afectar es que nuestros cultivos apenas van a mitad de camino, no tenemos talla comercial y si fuera de esa manera, lo cosecharíamos antes, anticiparíamos cosecha, no estamos en esa condición y eso es lo más crítico”, lamentó.
Lo importante, destacó, es que los productores tengan información de los especialistas en temas de combustibles, para saber cuál es el tratatamiento adecuado.
“No sabemos cuál es el tratamiento, cuál es el tiempo de residencia de los hidrocarburos, qué tanto tiempo se va a extender esto, hasta cuándo va estar en condiciones de estar bombeada, a partir de ahí podemos hacer planes, levantar cosecha, pero si esto se va a extender durante meses, nos afecta para esta siembra y los próximos ciclos en la zona”, apuntó.
Contreras especificó que apenas están entre los 50 y 60 días de cultivo, cuando un ciclo normal es de 120 días para sembrar.