La gente de San Pancho estamos inquietos y nerviosos por las próximas lluvias y la posible afectación a nuestro pueblo con inundaciones provocadas por el desbordamiento del arroyo»; expresó uno de los gestores del lugar
El muro de piedras, arena y rejillas de aluminio superpuestas no ha sido removido a más de cinco meses del comienzo de la resistencia civil de los moradores de San Pancho; el estero homónimo permanece como un estanque maloliente y potencial nicho de reproducción de patógenos, pero con la llegada de la temporada de huracanes, la preocupación de los vecinos se acrecienta, pues un cauce reducido multiplica la destrucción de alguna avenida extraordinaria como las que suelen darse en tiempos de meteoros.
Eso por el lado de la corriente, a cuyos lados hay algunas construcciones residenciales que no han sido diseñadas para resistir golpes de esa dimensión; hacia adentro, el bordo podrá ser un dique que contenga el agua, que una vez en punto de saturación, sólo podrá moverse hacia el centro urbano y pondrá en peligro decenas de inmuebles y el menaje de sus habitantes. Y no obstante los llamados de alerta, la burocracia dicta sus respuestas lentas para una justicia que debería ser expedita y garantizar los derechos de los afectados, se quejan los vecinos.
Tras muchos trámites, llamadas telefónicas y desencuentros con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la respuesta institucional, difundida ayer en el muro de Facebook que ha abierto el colectivo de ciudadanos comprometidos con el ambiente en este rincón de Riviera Nayarit, confirma esa tendencia.
“… En la resolución administrativa se le ordenó a la empresa [Inmobiliaria San Pancho] la restauración ecológica del estero San Pancho, lo cual implica el retiro del bordo y la reforestación con majagua; desprendiéndose de las constancias del respectivo expediente administrativo, que la empresa ha realizado gestiones ante diversas autoridades para retirar el bordo con la finalidad de obtener, en su caso, los respectivos permisos para su derribo y disposición de los residuos generados, así como para adquirir de viveros autorizados los ejemplares de majagua para la reforestación; sin embargo, aún no recibe la respuesta de las autoridades, por lo que solicitó una prórroga para cumplir con las medidas correctivas, la cual le fue concedida con la finalidad de que el retiro del bordo se realice en estricto apego a derecho”, dijo el biólogo Ignacio Millán, encargado de la Subprocuraduría de Recursos Naturales de la Profepa.
Agregó: “No omito mencionar que personal de la Dirección General de Impacto Ambiental y Zona Federal Marítimo Terrestre está realizando gestiones ante las autoridades a las cuales la empresa solicitó permisos e información, para que éstas le respondan en sentido positivo lo más rápido posible […] al tanto del desarrollo de los cumplimientos de la medidas ordenadas, pero sobre todo el retiro del bordo”, añade.
Érik Saracho Aguilar, uno de los gestores del pueblo, destacó que “la gente de San Pancho estamos inquietos y nerviosos por las próximas lluvias y la posible afectación a nuestro pueblo con inundaciones provocadas por el desbordamiento del arroyo”. Recordó que en abril pasado, le pidieron a la dependencia a través de las agencia de noticias del gobierno que se explicara por qué se impuso al infractor, que levantó el muro con permisos “viciados”, una raquítica multa de 100 mil pesos, no obstante que la empresa es “reincidente” en violaciones a las leyes ambientales, y además, que se hubiera omitido una querella penal no obstante los elementos “agravantes” allí presentes. La carta no fue bien recibida por mucho funcionarios, y los afectados temen que la lenta solución sea la respuesta implacable por el atrevimiento.