A sus 17 años apenas está por terminar la secundaria y ya tiene contrato para la próxima campaña de la prestigiosa firma de lencería
Camila Morrone, la hija de la actriz argentina Lucila Polak, novia del actor hollywoodense Al Pacino, ya es oficialemnte un ángel, pues la firma Victoria’s Secret ya la reclutó en sus filas para formar parte de su próxima campaña.
La bella adolescente de 17 años que vive en Los Ángeles y que en este mes termina la secundaria en Beverly Hills a su corta edad, consiguió colgarse las alas como el nuevo ángel en la corte celestial de la prestigiosa marca de lencería.
«Usé aparatos toda mi adolescencia. Me la pasé esperando el día que me los sacaran para poder ir a una agencia. A los 15 años me explotó el busto. Todos me preguntan si me lo operé, pero la verdad es que no estoy interesada en hacerme una cirugía plástica.
«Tengo trasero y para mí está perfecto. Cuando en una agencia me piden que lo baje, yo le contesto: ‘It’s my ass’ (es mi trasero)», comentó Morrone.
Para mantener su figura de 87-60-91 destacó que la opción no es la dieta estricta de comida saludable, sino mucho ejercicio físico.
«La lechuga no me va, ¡prefiero las pastas! Me gusta el choripán, las milanesas y el lomo con papas fritas. Eso sí, hago yoga, pilates, salto a caballo y ando en bicicleta», precisó.
Morrone advirtió que hace unos años realizó una maratón de la filmografía de Pacino para entender realmente lo que representa su padrastro y destacó que sus películas favoritas son The Godfather (1972, 1974 y 1990), Scarface (1983) y Scent Of A Woman, por esta última obtuvo el Oscar al Mejor Actor en 1993.
Además comentó que está lejos de ver al novio de su mamá como una súper estrella hollywoodense.
«A mí me importa más lo que hace Justin Bieber», dijo en algún momento.
También contó sus deseos de formar familia y de la relación con su madre.
«No me veo con un bebé a los 20 como mi mamá. Quiero tener hijos joven y soy muy maternal, pero es loco pensar que, con apenas unos años más que yo, ella ya daba vueltas por el mundo conmigo.
«Para mí fue una gran suerte, porque somos muy amigas, como hermanas. Casi como la misma persona en dos cuerpos, aunque a ella le toque hacer de madre y poner límites», afirmó.