Los aficionados de México tratan de disfrutar su estancia en Chile antes de volver al país
Pese a la eliminación de México de la Copa América, en las calles de Santiago aun se observan algunas camisetas del Tri, uniformes mexicanos, se escucha el acento azteca; se trata de seguidores mexicanos, quienes confiaban en la clasificación de su equipo.
Alrededor de 500 mexicanos llegaron a Chile para ver el último juego de la Selección, en Rancagua ante Ecuador, con la idea de ver ese duelo y el de cuartos de final. Dos eran los panoramas más factibles del Tri en ese sentido: ser segundo de grupo y jugar en Temuco, a ocho horas de Santiago en coche y menos de dos en avión, o terminar como uno de los mejores terceros y volver a Viña del Mar, donde la Selección tuvo su presentación ante Bolivia. Pero el equipo fue eliminado, y ahora andan por Sudamérica sin rumbo fijo, tratando de acoplarse a ser huérfanos del Tri.
El segundo panorama era por el que más mexicanos apostaban, ya que el estadio Sausalito se encuentra a menos de hora y media de la capital, por lo que es posible ir y regresar en un solo día.
“Quería ver dos partidos y me interesaba ver a Messi”, sostiene Óscar, quien aprovechó sus vacaciones para hacer el viaje a la Copa. “Me da coraje lo de México, pero sabía desde que compré todo que era un riesgo, ahora al menos veré a Argentina”, apunta.
La distancia entre México y Chile provoca que no haya tantos aztecas, y quienes estén lo hagan en su mayoría a través de una agencia de viajes. Según cálculos de la embajada de México en Santiago, cada mexicano por venir a la copa gastó un promedio de 80 mil pesos, lo que habla del poder adquisitivo de quienes están o estuvieron en el torneo.
“La idea era conocer, ver a la selección y a Chile. Venimos en un tour que aseguraba llevarnos a la sede donde fuera el Tri… Y ahora tras la eliminación nos iremos a la Patagonia”, comenta el doctor Alejandro, quien viajó desde Monterrey con familiares y se hospeda en uno de los hoteles más lujosos de Santiago.
También quienes viven en Chile tenían listo su plan, como Rafael, chef de un restaurante con comida estadounidense que vive en Santiago desde hace siete años y quien tenía planeado el viaje para el próximo jueves o viernes, dependiendo del rival, para seguir a México.
“Fuimos a Viña en una camioneta rentada, también a Rancagua y la idea era seguir al equipo a donde fuera. Ya teníamos apartado el coche para volver a Viña o manejar toda la noche a Temuco, pero se acabó. Parece que nosotros dejamos más que los jugadores”, afirma.
Se esperaba que si México llegaba a semifinales, llegaran al menos otros dos mil mexicanos; esto ya no será posible y poco a poco Chile se queda sin los seguidores aztecas.