A casi un año de la muerte de Robin Williams la polémica no cesa, pues luego de que su esposa Susan Schneider dio a conocer que él luchaba contra la terrible enfermedad de Parkinson, en su primera etapa, salió a la luz que el informe podría ser erróneo.
Según el portal RadarOnline, la autopsia del cuerpo de Williams indica que efectivamente estaba enfermo, que tenía síntomas que a menudo se confunden con Parkinson, sin embargo, en realidad se trataba de Demencia de cuerpos de Lewy (LBD).
Esta enfermedad es considerada la tercera causa de demencia detrás de la enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular, y su diagnóstico, en muchos casos, sólo puede hacerse post mórtem.
El informe señala que el actor sufría temblores en la extremidad superior izquierda, alteración del movimiento de la mano izquierda, ansiedad, depresión, insomnio, paranoia y problemas cognitivos no especificados, signos que a menudo se adjudican únicamente al Parkinson.
“LBD es la forma más mal diagnosticada de demencia, se necesita un promedio de más de 18 meses y 3 visitas al médico para recibir un diagnóstico correcto”, explicó el Dr. James E. Galvin, un profesor de neurología y psiquiatría.
A pesar de esto, Robin comenzó a tomar medicamento para tratarse el Parkinson en mayo de 2014, y murió sin saber lo que realmente padecía.