La tenista estadunidense Serena Williams vino de atrás en su choque de cuartos de final en Wimbledon y mantuvo vivo el sueño de arrasar con los cuatro Grand Slams en fila, su penúltimo obstáculo para completarlo será la rusa María Sharapova.
La máxima preclasificada evitó que la bielorrusa Victoria Azarenka se saliera con la suya y la dejó en el camino por 3-6, 6-2 y 6-3 tras dos horas y cuatro minutos de labor.
“Vika”, exlíder del circuito, canjeó una de las cuatro bolas de rotura que gozó desde muy temprano en el primer parcial y celebró por todo lo alto ponerse a la cabeza del marcador.
Pero Williams nunca se desesperó y pronto impuso condiciones en el segundo capítulo, tuvo un par de quiebres y se sacudió de las tres veces que su servicio estuvo al límite.
En el set decisivo, la tenista de Estados Unidos pegó rápido para construir un margen de 3-0 y por más que la europea se animaba a ella misma, ya no pudo resarcir el pozo sin salida en el cual se metió.
De este modo, Serena regresó a la instancia de las cuatro mejores luego de las dolorosas caídas en cuarta y tercera rueda sufridas en sus dos últimas participaciones en la Catedral del Tenis; la última vez que llegó tan lejos fue en 2012, cuando se cubrió de gloria por quinta ocasión.
Frente a ella tendrá a la rusa María Sharapova, a quien aventaja 17-2 en duelos directos.
“Masha” se complicó el trámite de su encuentro ante la estadunidense Coco Vandeweghe, a quien derrotó por 6-3, 6-7 y 6-2.
La tenista originaria de Estados Unidos puso en entredicho el paso inmaculado de Sharapova, ostentado hasta antes de esta ronda, con victorias en sets corridos y sin mayores contratiempos.
Este martes daba la impresión de repetir el patrón hasta ahora ofrecido en Wimbledon, pues sacó para partido 5-4 en el segundo episodio, pero su rival nunca perdió la ilusión, por más que el panorama fuese desalentador, cuando lograba algún “winner” pedía el aliento del público, lo cual rindió frutos.
La joven neoyorquina revirtió los papeles, obligó al desempate y, en su tercer punto para set, niveló los cartones ante la rabia de la siberiana, quien acumula una década de intentos fallidos por reencontrarse con el Rosewater Dish, conquistado en 2004.
De nuevo a la carga, la exnúmero uno del circuito aplicó un “borrón y cuenta nueva” en su mentalidad y se adelantó 3-0 en un abrir y cerrar de ojos, pero Vandeweghe seguía apoyándose del respetable de la Cancha Central del All England Club para resucitar 2-3.
Con todo y sus características pesadillas con las dobles faltas (conectó 10 en este compromiso), Sharapova se enfocó en su objetivo, recobró la memoria y galopó hasta el 6-2, finiquitando un difícil trámite.
En la otra semifinal se medirán Agnieszka Radwanska ante la española Garbiñe Muguruza, quien no cuenta con experiencia previa en esta clase de instancias de un Grand Slam y cuyo historial está nivelado a dos alegrías por bando.