Tan solo habían pasado 15 minutos del segundo concierto realizado en el Auditorio Nacional y “El Sol” dejó de cantar para luego cancelar por una supuesta laringitis
El Sol se volvió a ocultar anoche en el Auditorio Nacional.
Por segunda ocasión consecutiva, Luis Miguel defraudó a sus fans al salirse del escenario sin decir adiós, sin disculparse o siquiera hacer una seña de vergüenza hacia las diez mil personas que asistieron a su concierto.
El intérprete salió al escenario a las 21:00 horas, 30 minutos después de lo estipulado, sonriente, saludando a su gente; vestido elegante con un traje oscuro y corbata.
Que nivel de mujer fue el primer tema de la noche, en la que Luis Miguel daba un atisbo de esperanza de que el show transcurriría normal al ejecutar su clásica patada al aire, bailar y caminar hacia atrás mientras cantaba.
En algunos momentos alejaba el micrófono de su boca para evitar las notas altas; en otros dejaba que el público cantara el resto de sus letras.
Al terminar un tema, las luces se apagaban y el suspenso comenzaba. Los aplausos invitaban a regresar al ídolo, quien hizo caso un par de veces y regresó al escenario.
Antes de terminar Suave, se notó como El Sol hizo una seña hacia su garganta y se retiró. La luz se esfumó un par de minutos, y también la voz, lo que trajo la cancelación.
Se argumentó que Luis Miguel no podía seguir dando el concierto debido a un cuadro de laringitis, se pidió una disculpa en nombre del artista y la gente salió molesta una vez más, luego de tan sólo 15 minutos de concierto.
Las mentadas de madre no se hicieron esperar, rechiflas e insultos provenientes hicieron eco del interior a la salida. Un momento en el que la elegancia de los seguidores que iban con su mejor ropa, peinado y accesorios, se perdió.
De acuerdo con las encargadas de difusión del Auditorio Nacional, fue la oficina de Luis Miguel quien tomó la decisión de suspender el show por la salud del artista, esto pese a que el mismo recinto es el encargado de haberlo contratado directamente.
Por supuesto que había gente triste, como Fabiola Geral, una chilena que viajó desde su tierra sólo para ver a su ídolo, en compañía de su hija.
“Llegamos apenas hoy (ayer) a las 15:45 horas. Vinimos a verlo y nos encontramos con esto. Me da tristeza que se fue sin decir algo, sin hacernos saber qué pasó”, platicó la andina, quien portaba con orgullo su bandera.
Afuera había hostilidad, muchas personas demeritaban la carrera del artista, decían que era poco profesional, aunque había fieles que sí creían que era mejor su salud que cumplir con sus conciertos programados.
“Yo sé que no tiene la culpa de que se enferme, todos podemos pasar por la misma situación y no podemos llegar y decir que es un fraude”, compartió Valeria Peña, de 10 años.