Pocas cosas en este mundo son más relajantes que caminar por el parque una tarde cualquiera alimentado a los patitos que habitan en él (llámese Chapultepec o de cualquier otro modo) con hogazas de pan viejo, es decir, ¿quién de nosotros no lo ha hecho alguna vez?; sin embargo, la realidad es que (aunque no nos guste) esta práctica es sumamente perjudicial para nuestros alados amigos
Por increíble que parezca, resulta que el alimentar a estos simpáticos animales con pan es como si nosotros decidiéramos hacer de los Pingüinos y Gansitos la base de nuestra alimentación. Lo anterior sin contar el hecho de que al alimentar a los patos y gansos los estamos haciendo dependientes a nosotros y adictos al pan, quitándoles las ganas de comer los platillos que conforman su dieta habitual (bichos, algas, etc), según han revelado expertos en el tema.
Pero el problema no se limita a tener una población de patos obesos y adictos al pan (por cierto, el pan blanco es el más dañino), pues una dieta tan llena de calorías y carbohidratos como la que les ofrecemos puede terminar por ocasionarles un problema conocido como “ala de ángel”.
La “ala de ángel” es una enfermedad incurable que merma su capacidad para volar y que consiste en una deformación del ala, la cual se cae y termina apuntando hacia los costados, en lugar de permanecer pegada al cuerpo del pato (seguramente has observado a más de una de estas aves con dicha condición).
Así que ya los sabes, la próxima vez que salgas de paseo a Chapultepec y veas una parvada de patos, ahórrate las ganas de aventarles un poco de pan… sabemos que es una noticia triste, pero es por el bien de estos plumíferos.