Tigres venció 2-1 a Jaguares pero ambos se fueron satisfechos, pues el sábado se define en Chiapas esta serie entre dos felinos aguerridos
Fueron dos pinceladas las que dibujaron la sonrisa de una afición regia que vio cómo un equipo con mucho menor presupuesto, puso en aprietos a sus Tigres. Un golazo de tijera de André-Pierre Gignac y un zapatazo de Damián Álvarez dieron la victoria a la UANL sobre unos Jaguares que se llevan a Chiapas el consuelo de haber anotado un gol de visita.
Tigres venció 2-1 a Jaguares pero ambos se fueron satisfechos, los locales por sacar la victoria en un duelo complicado, mientras que los visitantes por haber conseguido un gol de visita y saber que la serie se define el próximo sábado en el Víctor Manuel Reyna.
El Volcán hervía y la afición universitaria vivía una auténtica fiesta. El partido comenzó con dos felinos que no titubearon un instante para agredir a su rival, pero siempre con el sigilo de dos expertos en guerra, de esos que estudian a su rival en los primeros instantes del choque.
Tigres tomó la iniciativa, sabedor de que debía aprovechar su localía y así llegó una genialidad que coronó la impetuosa insistencia ofensiva de los regiomontanos. Fue un trazo, casi con la mano, de Egidio Arévalo que encontró a Gignac en el área y André-Pierre fulminó.
El francés, que se encontraba ligeramente adelantado, se tiró en el aire y remató con una excelsa media tijera para inaugurar el marcador de una manera elegante y espectacular a la vez con tan solo 21 minutos en el marcador.
Los locales mantuvieron el control del encuentro, Chiapas daba muestras de querer proponer pero eran bien detenidas por la zaga local.