La matanza del 2012 en la escuela primaria de Sandy Hook, en la que un hombre mentalmente inestable mató a 26 niños y maestros, sirvió como caballito de batalla para los partidarios del control de armas en Estados Unidos.
Pero en los tres años subsiguientes, muchos estados han avanzado en dirección opuesta, adoptando el axioma de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) de que se necesita “más buena gente armada” para impedir las matanzas masivas.
En Kansas, los propietarios de armas pueden portar armas ocultas sin obligación de obtener una licencia. En Texas, quienes tengan permiso podrán portarlas abiertamente en cartucheras y llevar armas ocultas a algunas clases en la universidad. Y en Arkansas, los entusiastas de las armas podrían llevarlas a los puestos de votación el año próximo cuando voten para elegir presidente.
Docenas de leyes estatales nuevas han facilitado la compra de armas y el derecho a portarlas en más lugares públicos, y a la vez ha dificultado a los gobiernos locales imponer restricciones, según una revisión de las legislaciones estatales efectuada por The Associated Press.
La tendencia ha decepcionado a algunos partidarios del control de las armas, aun mientras otros estados han impuesto una revisión de antecedentes más estricta.
Otros partidarios del control de armas dicen que su movimiento se fortalece por el reciente ascenso de Everytown for Gun Safety, un grupo bien financiado respaldado por el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que está ganando influencia en algunas capitales estatales.