El pontífice explicó que cuando tiene miedo, algún problema, o algo malo sucede y no sabe cómo reaccionar, le reza a la morenita del Tepeyac
Para su visita a México el Papa Francisco hace una petición a los mexicanos: “que esta vez me dejen un ratito solo delante de la imagen” de la Virgen de Guadalupe. “Es el favor que les pido, ¿me lo van a hacer?”.
Será la tercera ocasión que Jorge Mario Bergoglio pise suelo mexicano, aunque la primera como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, y con esa investidura responde a los mexicanos lo que representa para él la Guadalupana.
La imagen de la Virgen de Guadalupe, explica, es “la de una madre que cobija, que cuida, que está metida en su pueblo, con la tez de su pueblo”.
A unos días de encontrarse nuevamente frente al ayate que luce la imagen, recuerda dos visitas previas, una en la antigua Basílica, y otra en el nuevo recinto, y en ambas describe “una imagen que dice mucho”.
“Seguridad, ternura. Cuántas veces estoy con miedo de algún problema, o que ha sucedido algo feo y uno no sabe cómo reaccionar, y le rezo”, explica.
“Me gusta repetirme a mí mismo: ‘No tengas miedo. Acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre’. Son palabras de ella. Es lo que más me dice”, añade.
Deja claro que no espera el milagro de las flores que, según la tradición, sirvieron a Juan Diego como testimonio de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac (en el norte de la Ciudad de México), donde se erige la Basílica en su honor.