Muchas de las fechas que vienen en los productos no son fechas de caducidad sino fechas de consumo preferente, es decir recomendaciones para consumir el alimento
Actualmente el desperdicio de comida se ha convertido en un problema grave en la mayoría de los países. Cada día se desperdicia una gran cantidad de productos, una porción importante de ellos viene de los alimentos que son tirados por confusión entre la caducidad y el consumo preferente. De hecho, en algunos casos el etiquetado no responde a términos de seguridad, sino a la pérdida de propiedades de sabor.
Cuando la etiqueta dice «Fecha de caducidad», es porque se trata de algún alimento microbiológicamente perecedero (como leche, yogur, carnes y productos envasados al vacío) y están relacionadas con la seguridad, ya que superada la fecha podría haber riesgo de intoxicación alimentaria.
Por el contrario, cuando la etiqueta dice «Fecha de consumo preferente», indica que si el alimento se conserva en condiciones como evitar que el envase no esté abollado, hasta esa fecha mantendrá su calidad, aroma y textura. La mayoría de los alimentos tienen esta etiqueta o indicación, especialmente aquellos con poca agua como cereales, pastas y huevos.
Entre los alimentos que se pueden consumir incluso después de largo tiempo en que se haya pasado la fecha indicada son:
Té, café, vainilla: Se conservan años, más allá de la fecha de caducidad, aunque los aromas pierden consistencia con el tiempo.
Productos congelados: En casa o comprados, crudos o cocinados. Si están conservados a -18°C, duran 12 meses excepto la carne picada que dura 9 meses.
Aceites y vinagres: Pueden durar años si no se exponen a la luz solar. El aceite puede enraizarse enranciarse y el vinagre presentar veladuras.
Productos secos (Cereales, harina, pasta, galletas, puré): Indefinidamente, con la condición de que sean mantenidos en un lugar adecuado, alejado de la humedad.
Latas de conserva: Si se encuentran intactas durarán indefinidamente, debido a un prolongado espacio de almacenamiento pueden perder color, olor y vitaminas.
Lácteos (Quesos blancos, yogures, postres lácteos, nata): Estos productos duran hasta 2 semanas después de la fecha óptima de consumo recomendada, siempre y cuando su empaque nunca haya sido abierto.
Leche y productos en tetra pack: Duran hasta un mes después de la fecha de consumo que ponen en el envase.
Productos cuajados (Mousse de chocolate, flanes, copa de chocolate): Se pueden consumir hasta 2 días después de la fecha de caducidad.
Agua y refrescos: Las bebidas con gas pierden la efervescencia a los 9 meses.
Salsas (Mayonesas, catsup, mostaza, salsas barbecue): Antes de abrirla, se pueden agregar dos semanas a las recomendaciones de los fabricantes. Una vez abierto, se pueden consumir durante las siguientes dos a tres semanas en el caso de las mayonesas, dos meses en el caso de la cátsup, se recomienda de 48 a 72 h para las salsas de tomate en conserva. La mostaza es estable en el plano microbiológico a temperatura ambiente.