Un difícil conflicto

Véritas Liberabit Vos

La situación del Estado Islámico en su avance por Irán y Siria, la impresionante cantidad de refugiados varados en las costas de Turquía que vía el Mediterráneo intentan escapar de la barbarie humana de esas zonas, los atentados terroristas promovidos por la Yihad en importantes ciudades como París o Bruselas, han hecho olvidar un poco que hace exactamente dos años fueron rotas las negociaciones de paz entre dos actores que han protagonizado un conflicto que data de casi setenta años pero cuyo origen tiene raíces milenarias, nos referimos al conflicto Palestino Israelí que pareciese como si estuviese en un estado de latencia, pero mientras la violencia en las zonas de conflicto como Cisjordania y la Franja de Gaza, lugares en disputa que han costado ya una gran cantidad de víctimas y una estela de dolor, llanto y destrucción.

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En efecto desde el rompimiento de negociaciones de paz que coincidió con las elecciones de Israel que dieron fuerza al sector radical de la derecha trayendo como consecuencia el aumento a posicionar con mayor decisión el envío de colonos a las regiones de Jerusalén Este y la Cisjordania enardeciendo la animosidad de los palestinos que han iniciado una nueva andanada de ataques contra las fuerzas hebreas haciendo pensar que puede llegar a ser una tercera Intifada lo que haría definitivamente más difícil cualquier negociación ulterior de paz, esto aunado a los estragos provocados por la sangrienta guerra de la codiciada Franja de Gaza, pero a pesar de esto la inmovilidad de los Países inmersos en estos tratados (Comunidad Internacional) pareciese que hiciera mutis o no sabe cómo cargar los dados para no descuidar el conflicto islámico.

Debido a la detención de estas negociaciones, han dado a surgir una serie de posiciones entre ambos bandos donde ante el inminente avance de colonos en los territorios palestinos, la idea de una tercera Intifada se ve como una opción que daría a los palestinos una bandera que les ayude ante el mundo para apoyar sus aspiraciones de formar un Estado palestino a salvo de los ataques de Israel y con capital en Jerusalén Este, situación que aparentemente es bien vista por Los Estados Unidos, La Unión Europea y la ONU, sin embargo podemos puntualizar que tanto el avance de las colonias en esos territorios como la posibilidad de una nueva Intifada son factores que atrasan aún más cualquier intento lo mejor intencionado que sea para reanudar las negociaciones de paz.

Por Intifada se entiende el tipo de rebelión violenta de defensa de su territorio por parte de los habitantes de Cisjordania y Gaza contra Israel, y que a la fecha se tienen registradas dos grandes rebeliones, la Primera que se llevó a cabo en 1987 también llamada la “Guerra de Piedras” donde en forma inversa se repetía el episodio bíblico del David contra el filisteo Goliat, solo que ahora la fortaleza se inclinaba al lado del ejército israelí y las piedras y hondas del lado árabe, esta rebelión que se extendió hasta 1993 cuando se llegó a firmar en Noruega los Acuerdos de Oslo, dando por autorizado la creación de La Autoridad Nacional Palestina no sin antes haber generado según los registros 1162 palestinos muertos.

La Segunda Intifada que llevó el nombre de Al Aqsa se inició en el año 2000 ante lo que se consideró una provocación de los israelitas al presentarse el primer ministro israelí Ariel Sharon en la Explanada de las Mezquitas lugar sagrado para los musulmanes ya que ahí se halla la Mezquita de la Roca, de este hecho se desencadenaron una serie de ataques terroristas suicidas que fueron contestados en forma bélica por las huestes judías, así la sangre volvió a correr por esos históricos lugares en que convergen la cuna de las tres religiones monoteístas, esta Intifada se fue debilitando al fallecimiento del líder Yasser Arafat en noviembre de 2004, llegando a su fin en el año 2005, habiendo dejado más de 5500 palestinos fallecidos y las condiciones de paz sumamente maltrechas.

Once años después, con otros protagonistas en la palestra pero las mismas ideologías y odio milenario, los tambores de guerra vuelven a resonar con mayor fuerza, y la Comunidad Internacional parece no inmutarse o no darle la dimensión justa que este proceso inequitativo nacido de una decisión en 1948 al crear el Estado de Israel con todo el beneplácito de Occidente desplazando de un plumazo a una población asentada ahí por miles de años.

Pareciese que el sentir diplomático de Consejo de Seguridad de la ONU, el cuarteto de Oriente Medio ( Estados Unidos, Rusia, ONU y Unión Europea)  y la decisión de tomar como interlocutores a Benjamín Netanyahu (Israel) y a Mahmud Abbas (Palestina) los lleva a una posición de cabildeo y observación, sin embargo mientras esto pasa las calles de esas regiones se llenan de violencia y las casa de luto.

Tal vez el deseo del Presidente Obama meses antes de dejar su mandato pudiese ser el dejar un importante legado al fortalecer y guiar la creación de los dos Estados Independientes que ha sido la opción más cercana y tal vez posible.

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