Recrudece la narcoguerra en Sinaloa

Luego del plagio de Alfredo Guzmán Salazar, las muertes violentas en la entidad van al alza; advierten pugna Beltrán Leyva-Cártel del Pacífico

En Sinaloa existe una clara rivalidad delincuencial entre el Cártel del Pacífico y Los Beltrán Leyva, que inició en 2008 con la captura de Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo” y, ahora, su hijo, Alfredo Beltrán Guzmán, “El Mochomito”, ha declarado la guerra a la familia de Joaquín Guzmán Loera en su propia tierra.

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Después de la privación de la libertad de Alfredo Guzmán Salazar, uno de los hijos de “El Chapo”, en Puerto Vallarta, perpetrado por integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en Sinaloa se recrudeció la violencia.

Durante la semana del plagio fueron cometidos 29 homicidios dolosos; 13 en Mazatlán, 8 en Culiacán, 3 en Mocorito, 2 en Ahome, 2 en San Ignacio y 1 en Concordia, algunos de ellos con mensajes intimidatorios hacia Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada, líderes del Cártel del Pacífico.

La mayoría de las ejecuciones se realizó en el puerto de Mazatlán, donde las autoridades han dicho que existen reportes de la posible incursión de grupos delincuenciales por las fronteras con Nayarit, células delictivas contrarias al Cártel del Pacífico y que pretenden extender su territorio.

Para el comandante de la Novena Zona Militar, Rogelio Terán Contreras, “Mazatlán siempre será un área codiciada; son rutas de trasiego, son rutas muy importantes para la delincuencia organizada y por eso tratan de tenerla controlada”, manifestó.

Pero la presunta liberación del Alfredo Guzmán Salazar no disminuyó considerablemente la violencia en la entidad, la semana pasada se cometieron  24 ejecuciones: 9 en Culiacán, 3 en El Fuerte, 5 en Mazatlán, 1 en Choix, otra en Concordia, una más en Navolato, una en Ahome, una en Los Mochis y dos en Guasave.

A quince días del levantón de Guzmán Salazar se han  cometido 53 asesinatos en Sinaloa, pero en lo que va del presente año ya son más de 700 de acuerdo a cifras de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

El procurador de Justicia Marco Antonio Higuera Gómez reconoció que la narcoguerra inició a mediados de 2008, un año que concluyó con mil 167 asesinatos y alcanzó su máximo nivel en 2010 con 2 mil 250 muertos, la cifra más alta de la que se tenga registro en la entidad.

Datos de la propia fiscalía del estado revelan que desde 2008 a 2016 se han registrado cerca de 12 mil homicidios dolosos en la entidad, la mayoría relacionados con el crimen organizado.

En algunos de los últimos homicidios, especialmente en la zona sur del estado, han sido dejadas mantas y lonas sobre los cuerpos, anunciando una supuesta limpia de quienes pertenecen al Cártel del Pacífico, pero no hay certeza de que sean dejadas por miembros del Cártel de los Beltrán Leyva, dicen las autoridades.

“Los textos que aparecen en mantas o en cartulinas solamente son indicios que se agregan a una carpeta de investigación más no son datos definitivos que nos lleven a nosotros a concluir determinada situación. De que hay una rivalidad delincuencial la tenemos desde mediados de 2008 y sigue persistiendo esa rivalidad delincuencial hasta este momento”, señalo el procurador de Justicia.

Para contener esa violencia fueron enviados cerca de 300 policías a Mazatlán y a las fronteras con Durango y Nayarit, donde participan elementos de todos los niveles de gobierno, incluidos el Ejército y la Marina Armada de México.

El secretario de Seguridad Pública local, Genaro García Castro, reconoció que todos los esfuerzos de la autoridad están enfocados en la zona sur del estado y constantemente ha estado sesionando el Gabinete de Seguridad y el Grupo de Coordinación Sinaloa.

Pese a la ola violenta, el funcionario dijo que no cree que haya “una guerra entre cárteles, siempre habrá la disputa por las plazas y eso siempre generará violencia, afortunadamente entre ellos nada más”.

Los enfrentamientos en Sinaloa comenzaron en junio del presente año, cuando un comando armado tomó por asalto la comunidad de La Tuna, la tierra de donde es originario Joaquín Guzmán Loera.

El saldo fue de una casa quemada, autos baleados y el desplazamiento de al menos 250 familias.

Entre las personas que abandonaron sus casas se encuentra Consuelo Loera, madre de “El Chapo” Guzmán, quien a más de dos meses de lo ocurrido aún no ha retornado a su hogar, así como 40% de las familias que huyeron de la violencia.

Ese ataque fue atribuido a Alfredo Beltrán Guzmán, “El Mochomito”, lo que para muchos fue considerado el inicio de esta nueva guerra en Sinaloa, que tomó aún más fuerza el pasado 26 de agosto con el asesinato de Édgar Parra Zambada en Culiacán, sobrino de Ismael “El Mayo” Zambada.

El secuestro de Alfredo Guzmán Salazar y la muerte de Édgar Parra Zambada, hijo de “El Chapo” y sobrino de “El Mayo” respectivamente podría ser el detonante para que ahora sí el Cártel del Pacífico responda las agresiones.

Después de haberse dado a conocer el levantón de Puerto Vallarta, que pasaban los días y no se sabía nada del Alfredillo se rumoraba en Sinaloa una respuesta violenta, en comunidades serranas de los municipio de Culiacán, Cosalá y Badiraguato se estaban preparando para una posible incursión armada hacia Jalisco, con la intención de rescatar por la fuerza a el hijo de El Chapo.

El director del Semanario Río Doce, especializado en temas del narcotráfico, Ismael Bojórquez, insistió que fue el propio Ismael “El Mayo” Zambada quien negoció su liberación con Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.

“El Cártel de Sinaloa (Pacífico) sigue siendo una organización muy fuerte y creo que no depende de un solo líder; ‘El Chapo’ está en la cárcel, igual ‘El Mayo’ mañana o pasado ya no está, pero los sucesores ahí están ya trabajan, este o no esté en la organización es tan fuerte que va a continuar, yo creo que el Cártel del Pacífico es muy fuerte, con tentáculos en todo el mundo”, señaló.

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