Era una de las grandes promesas del fútbol mexicano. Mediocampista de contención con gran fondo físico. Ida y vuelta. Prototipo de lo que hoy en día se exige en esa posición
La suya es una historia de más a menos… Su futuro parecía brillante: en el Mundial Sub-20 de Colombia 2011, en el que México consiguió un histórico tercer puesto, se llevó el Balón de Bronce como el tercer mejor jugador del torneo y un año después, en los Juegos Olímpicos de Londres fue titular en el Tricolor que conquistó la medalla de oro, relegando a la banca a Héctor Herrera. Pero después, la carrera de Jorge Enríquez se ha diluido.
“El Chatón” era una de las grandes promesas del fútbol mexicano. Mediocampista de contención con gran fondo físico. Ida y vuelta. Prototipo de lo que hoy en día se exige en esa posición. Con el Guadalajara tenía un lugar seguro. Pero la vida a través de redes sociales comenzó a interesarle más. Llegó el momento de perder la titularidad. Después, tuvo que salir. No había más lugar para él.
Años después de la medalla de oro, el máximo logro en la historia del fútbol mexicano, Enríquez confesaría que luego de Londres, tuvo ofertas para emigrar a Europa, como hicieron algunos de sus compañeros de generación. El Guadalajara no lo dejó salir. Eso le generó un resentimiento que no supo manejar. Así, su carrera se fue en picada. A tal grado, que fue transferido a Coras de Tepic.
Un campeón olímpico en la Liga de Ascenso. El caso más dramático de aquel grupo que dio a México esa inolvidable satisfacción. Hoy, incluso en ese circuito se encuentra completamente perdido. En el Torneo Apertura 2016 participó en apenas seis partidos y sólo uno lo comenzó como titular. El total: 188 minutos de actividad. Cifra ínfima. El futuro promisorio nunca llegó. Pero todavía hay quien confía en el.
Con Coras de Tepic, que ahora es manejado en lo deportivo por el Club Guadalajara, tendrá una nueva oportunidad. El presidente de esa institución Víctor Manuel Arana, emite un voto de confianza. “Jorge ha caído. Fue una figura y cuando llegó con nosotros estaba lesionado. No lo tuvimos al 100 por ciento. Pero él es una persona que quiere regresar y no ha encontrado cómo. Yo no lo ‘enterraría’. Es un jugador de una capacidad muy grande y tenemos que rescatarlo”, sentencia el directivo.
La carrera del “Chatón” pende de un hilo. Los errores del pasado se traducen en un presente complicado. Relegado a la Liga de Ascenso. Lejos de los reflectores. Lejos del estrellato. Cerca del olvido. Jorge Enríquez tendrá una oportunidad más. Tal vez la última.