Vayamos por un mejor país

La verdad… sea dicha

Qué tal, amigo lector; hoy es martes 17 de enero, día de San Antonio Abad. Yo le quiero preguntar a usted cómo le ha ido en estos primeros días del año, ha resentido la famosa cuesta, el gasolinazo; o piensa como un viejo amigo mío que campechanamente me asegura que para él “la pierna es lomo, y el lomo pierna”; en pocas palabras, lo que pasa en la nación y el estado al amigo le vale un reverendo pepino, de todos modos es feliz a su manera. A veces creo que una actitud como dicen por ahí, valemadrista, sirve para no estresarnos mucho, para dejar que el mundo ruede; aunque definitivamente estará usted de acuerdo conmigo en que los problemas no se resuelven solos, ni cerrando los ojos a la realidad en que vivimos. Muchas veces es necesario afrontar los obstáculos que nos impiden tener una casa limpia, una ciudad tranquila, un país en progreso, y ahí es donde los mexicanos debemos abandonar la pereza para participar más activamente en la búsqueda de una mejor nación, desde nuestras trincheras, con un interés social y humano, aunque eso nos saque del confort en que a veces  estamos.  Pensar en el bienestar de la familia, de los hijos, de los nietos, de las generaciones que vendrán, es razón suficiente para intentar cambiar los desaciertos que hoy tienen a nuestra nación con problemas de corrupción y apuros económicos. ¿Usted, qué opina?

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Pobre México

Por estos días, que difícil resulta hablar de nuestro México, que difícil es tratar de ser positivos y pensar que saldremos adelante a pesar de las adversidades. No, definitivamente no, hasta hoy no encuentro una sola razón para creer que los mexicanos saldremos bien librados de la crisis social, inmoral y económica que nos aqueja; a partir del aumento a la gasolina y las consecuencias que esto ha traído, como que la sociedad despertó de su letargo, redescubriendo que en México pasan cosas muy malas, que existe una corrupción increíble corroyendo el bienestar de los mexicanos, pero que además, involucra a personas de todos los extractos sociales, de todos los sectores, un mal que principalmente se apoderó del Gobierno y todas sus directrices. Se acuerda usted de “Vecinos Distantes” por desgracia, aquel libro que hace años presentara el escritor Alan Riding sobre el sistema político mexicano y el autoritarismo presidencial, donde se hacía énfasis en el servilismo social que permitió toda clase de bajezas de los gobernantes, resultó muy acertado. Lo triste es que nunca le dimos vuelta a la hoja, y aquella apreciación de corruptelas fue tan real y tan constante, que nos saltó de un siglo a otro, de un partido priista a un partido panista, y luego regresó al mismo punto tricolor con la cantaleta de intenciones democráticas y bienhechoras, una falacia transformadora que nunca se dio porque el abuso gubernamental siguió, y es la razón por la que hoy en México se vive una gran crisis, esto aunado a las consecuencias provocadas por el concierto mundial en las cuestiones financieras, que si bien es claro, repercute seriamente en nuestra economía nacional, tal vez con una política bien estructurada, lejos de la corrupción, hoy pudiéramos estar saliendo adelante sin grandes sobresaltos. 

Cuando hablo de la corrupción, me estoy refiriendo a un asunto en grado superlativo que enlaza a todo un sistema social y político; el hurto de algunos gobernadores sinvergüenzas, como el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, por mencionar uno, los abusos de alcaldes municipales, los escándalos del gobierno federal por sus excentricidades bajo el sustento de las arcas que son de todos los mexicanos, las ilegales maniobras para los intereses personales, la desfachatez de los partidos políticos en sus vendimias electorales, el insultante sueldo de diputados y senadores; todo un mundo de ilegalidad y abuso que por muchos años a lacerado a la sociedad mexicana. Hoy día, el repudio social va dirigido a las llamadas reformas estructurales, consideradas un error en la administración peñista. Pero el asunto va mucho más allá; la corrupción en PEMEX y en la Comisión Federal de Electricidad nunca fue frenada, Pemex  fue, o es la gallina de los huevos de oro que enriqueció a muchos funcionarios en los gobiernos de José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, y Felipe Calderón. De ahí que el desafortunado comentario del Presidente Enrique Peña Nieto haya causado escozor entre la gente, cuando aseguró que Pemex “la gallina de los huevos de oro se nos acabó”, horas después la vox pópuli aduciría que se la acabaron los gobernantes.

No sé en qué terminará este tsunami de revelaciones sobre corrupción, pero tal parece que es una película de terror que no tiene fin; diario surgen nuevas acusaciones por todos lados, abusos en los sindicatos, sinvergüenzadas en las universidades, tal como ha estado ocurriendo en la Universidad Autónoma de Nayarit, bueno, hasta en la Iglesia católica se dan arbitrariedades. Todo parece indicar que este año 2017 será muy duro para los mexicanos. Se dice que los llamados gasolinazos continuarán, lo que avizora un alza en los servicios y productos, pues por más que el gobierno federal anuncie que hay un pacto para aminorar el embate económico a las familias, será difícil controlar el aumento de productos por parte de fabricantes, empresarios y comerciantes que estarán en contra de ver mermadas sus ganancias; encima de todo ello, el aumento en el precio del dólar prácticamente nos pone contra la pared. Y, para acabarla de amolar, en los Estados Unidos de Norteamérica tienen a un nuevo presidente, Donald Trump, que nos hará la vida de cuadritos; quiere que le paguemos el muro fronterizo que edificará, pretende darle en la torre a nuestra economía llevándose las empresas automotrices de nuestro país; y dice, echará de su país a los paisanos, ¡vaya vecinito! Bueno sería que también en México sacáramos las uñas y les cobráramos más impuestos a sus centros comerciales que tienen instalados en nuestra patria, digo, entre otras cosas que se podrían aplicar, para que entiendan que no estamos cruzados de brazos esperando los trancazos del gringo petulante y su gran imperio. Por lo pronto, el Presidente Enrique Peña Nieto, armándose de valor, enérgicamente le mandó decir al Trump que se olvide de que le pagaremos su muro; ya veremos con qué nuevas amenazas nos sale el hombre más poderoso del mundo. Ciertamente, amigo lector, lo más importante para los mexicanos es salir del atolladero, pasar este trago amargo de la crisis financiera, enderezar el barco y dar fin a la corrupción. Se debe tomar el timón de la nación con energía, inteligencia y prudencia.

Cafeteando la noticia

Que buena noticia. El gobernador Roberto Sandoval Castañeda, ha dado a conocer un proyecto para construir el nuevo Mercado Morelos de Tepic. Ahora este conocido lugar contará con estacionamiento propio, nueva imagen, y un modelo de mercado tradicional mezclado con el concepto de centro comercial. Imagino que los locatarios y la gente que vive por la zona del centro de la capital estará feliz de ver como este tradicional mercado volverá a ser un funcional espacio para el comercio. Ya antes se había intentado modernizar al Morelos, y todo quedó en un simple veremos; ahora sí su reconstrucción será una realidad. Para comentarios robleslaopinion@hotmail.com

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