Véritas Liberabit Vos
Y esto lo hemos vivido actualmente en respuesta a las lacerantes decisiones que ha tomado allende las fronteras el nuevo presidente de los Estados Unidos Donald Trump, quién haciendo válidas las amenazas vertidas en campaña referentes a la construcción de un muro fronterizo que sea pagado por los mexicanos, la deportación de todos los indocumentados nacionales, la revisión (previa opinión demeritoria) de nuestro Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, así como una serie de epítetos no muy agradables hacia nuestra forma de ser y de hacer que desde un principio nos llenaron la escarapela y el hígado de piedritas a nuestra ya de por sí malhumorada paciencia ante tanto ataque y provocación.
La gota que derramó el vaso coincidió con la visita programada de los Secretarios Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo titulares de Relaciones Exteriores y Economía respectivamente, quienes estando ya en la mesa de trabajo con el equipo del mandatario norteamericano preparando lo que sería la visita próxima a la Casa Blanca del Presidente Peña Nieto, recibieron la información de que Donald Trump acababa de publicar en su cuenta de twitter (posterior a la firma hecha ya del decreto que autoriza la tan llevada y traída idea de construir esa barda de ignominia) una información por demás aviesa y discordante.
Su mensaje fue lacónico y contundente: “Estados Unidos tiene un déficit comercial de 60 000 millones de dólares con México. Ha sido un acuerdo para una sola parte, desde el comienzo del NAFTA, con muchos trabajos y compañías perdidas. Si México no quiere pagar por el tan necesario muro, entonces sería mejor cancelar la próxima reunión” en referencia al encuentro con su homólogo mexicano.
Esta noticia no solo hizo hervir la sangre y acelerar más el pulso de nuestro sentimiento nacional que se unió a la respuesta cabal donde utilizando la misma red social el Ejecutivo manifestó a nombre de todos los mexicanos “ Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con él” y posteriormente remató con diplomacia en un segundo twitt “ México reitera su voluntad de trabajar con los Estados Unidos para lograr acuerdos entre ambas naciones”.
La postura del Presidente Peña fue tomada con beneplácito y sirvió de impulso para generar los sentimientos de nacionalismo, unión, y solidaridad a que tanto está acostumbrado nuestro país en esos momentos de crisis o de dificultades, donde el espíritu colectivo de nación emerge desde sus raíces mestizas y se posa en la palestra que cual emblemático monumento histórico alado nos invita a defender nuestro origen y nuestro suelo.
Así durante el fin de semana, las redes sociales (principal medio para la comunicación actual) se vieron inundadas de un sinfín de mensajes, videos, convocatorias, etiquetas (hashtags) invitando a todos los mexicanos de aquí y del extranjero a unirse en una campaña masiva para defender nuestro orgullo nacional y la soberanía tan propia resultado de la sangre y el heroísmo de muchos próceres que la ofrendaron tiempo atrás.
Es bonito ver como resurgen los valores nacionales, como se vibra ante el significado de los tres colores de nuestra bandera recordando la estrofa VIII del citado poema “México Creo en ti, como la flama es compendio del fuego y de la brasa, porque me puse a meditar que existes en el sueño y materia que me forman, y en el delirio de escalar montañas” clara muestra que señala nuestro origen amalgama sincrética de valores, tradiciones, costumbres, tonos y sabores tan propios e inigualables como los de Nuestro México.
Seguirán las provocaciones, seguirán los comunicados discrepantes y bipolares de quién hoy ostenta el poder norteamericano, pero ya sabemos que ante cada embate el pueblo de México estará más unido, más fuerte, más comprometido con su país, enriqueciendo y respaldando las decisiones que el gobierno tome que sabemos serán siempre buscando lo mejor para el país.
Tal como diría el político italiano Antonio Gramsci es menester un “pesimismo intelectual combinado con un decidido optimismo de la voluntad”, de esta manera evitamos engañarnos con tanta serie de barbarismos que en pocos días de mandato ya ha pronunciado Trump y también el evitar caer en una depresión inmovilizadora de nuestra propia destrucción.
Hoy el ánimo de México ante los embates se encuentra fuerte, voluntarioso y decidido, y con más fuerza que nunca podemos expresar: México Creo en Ti.