Todo indicaba que para buscar el ayuntamiento capitalino se propondría a la diputada local, Sonia Nohelia Ibarra Franquez, esposa de Guadalupe Acosta Naranjo
Parte esencial de la política local es intentar mantener hasta donde sea posible los equilibrios entre las distintas fuerzas. En el caso de Nayarit concretar la alianza opositora para competir por la gubernatura traería consigo ceder la candidatura a la alcaldía de Tepic a un nombre “palomeado”. Pero en el PRD tienen otra idea.
Tras la designación de Antonio Echevarría García, hijo del ex gobernador Antonio Echevarría Domínguez, como candidato del PAN y PRD a la gubernatura, todo indicaba que para buscar el ayuntamiento capitalino se propondría a la diputada local, Sonia Nohelia Ibarra Franquez, esposa del legislador federal y líder de la corriente “Galileos”, Guadalupe Acosta Naranjo.
Sin embargo el proceso “terso” para nombrar a Echevarría dio margen al PRD para exigir la candidatura de Rodrigo González Barrios.
Medios y columnistas locales advierten que el perredismo debe postular a uno de sus cuadros para la alcaldía capitalina y es precisamente González Barrios el mejor posicionado, “el que cuenta con más tablas y el mejor perfil” para estar al frente de un gobierno con muchas exigencias.
Rodrigo González Barrios fue el secretario del anterior ayuntamiento de Tepic, y según se cuenta allá, daría continuidad a los trabajos que se realizaron en la administración del hoy alcalde con licencia Leopoldo Domínguez, principalmente en el aspecto financiero.
Además de concentrarse en los problemas económicos, adelantó que atacaría las deficiencias en los servicios públicos, principalmente en agua potable y drenaje.
De apostar por Sonia Nohelia Ibarra, se buscaría balancear el conflicto entre Acosta Naranjo y el eventual aspirante Antonio Echevarría.
Según se cuenta, la animadversión del diputado federal hacia la familia Echevarría data del periodo en el que fue subsecretario de Gobierno con Antonio Echevarría Domínguez; en aquel entonces denunció desde su sitio en el gabinete, una compra de patrullas sin licitación que beneficiaba a las empresas del entonces gobernador, lo que le costó a Acosta Naranjo la salida de la administración.
Es una trinchera dentro de la oposición que debe resolverse, antes del inicio de las campañas, pues como ha ocurrido en otras ocasiones, es disfuncional y hasta de esquizofrenia políticaque aspirantes de gobernador y alcalde capitalino se encuentren en pugna en plena contienda.