El gimnasio parisino Roger Le Gall está imponiendo una nueva y, al parecer, poco higiénica tendencia. La institución, que en sus instalaciones tiene prohibido el uso de indumentaria en el horario de 9 a 11 de la noche, ha provocado que muchos de sus visitantes prefieran hacer ejercicio desnudos.
El programa fue ideado por la Asociación Naturista de la capital francesa. Las rutinas, que son las de siempre (fitness, pruebas aeróbicas o con pesas, etc.), se convirtieron en parte del ritual nocturno que se desarrolla en el Distrito 12.
«Esto proviene de una propuesta que realizó la alcaldía de la Ciudad», dijo el portavoz de la Asociación Naturista de París, Julien Claudé-Penegry quien observa al fenómeno en su etapa de crecimiento, dado que más de 400 miembros tienen acceso al gimnasio.
Sin embargo, la sala solo puede ser ocupada por 19 personas al mismo tiempo. Así, aquellos interesado que no formen parte de la Asociación también pueden ingresar al gimnasio abonando una entrada de 10 euros.
Hace unos meses, la capital francesa inauguró un parque para nudistas, donde los visitantes pueden pasear desnudos por los 7.300 metros cuadrados del lugar. «Éramos muchos naturistas frustrados, que sentíamos que no podíamos disfrutar de nuestra ciudad al 100%. Ahora hay un espacio para nosotros», concluyó Pénégry.
Sí, parece una noticia de Actualidad Panamericana, pero al parecer expresar la desnudez es un problema de primer orden para muchos. Los naturistas existen. Y aunque suena incómodo tener que sentarse en una máquina que otro ha sudado con anterioridad, DESNUDO, según estas imágenes las reglas del gimnasio incluyen el uso de una toalla para la utilización de cada aparato.