Se estima que cerca de 10 mil migrantes pasaban a Estados Unidos diariamente a través de los puentes fronterizos, y que sus cierres provocaron la pérdida de 200 mdd.
Luego de dos días del cierre de los cruces fronterizos de Eagle Pass y El Paso, como medida para mitigar el aumento del flujo migratorio, el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), informó por medio de sus redes sociales que el Gobierno de Estados Unidos ordenó la reapertura de dichos cruces ferroviarios.
“Podemos informar que el Gobierno de Estados Unidos acaba de ordenar la reapertura de los cruces fronterizos de Eagle Pass y el Paso, Texas”, compartió José Abugaber por medio de su cuenta de la red social X.
Asimismo, el titular de la Concamin “reconoció el trabajo y las gestiones del Gobierno Federal, así como de empresarios y legisladores estadounidenses que desde un principio se manifestaron en contra de esta medida”.
Hizo especial hincapié en la participación de los senadores, quienes por medio de una carta, bajo la fecha del 19 de diciembre, solicitaron al secretario de Seguridad Nacional del gobierno estadounidense, Alejandro Mayorkas, que ordenara la reapertura por afectaciones a la economía de ambos países, además de ser violatorio del T-MEC, refirió Abugaber.
No obstante, las pérdidas por el cierre de los cruces fronterizos alcanzaron aproximadamente los 200 millones de dólares, de acuerdo con estimaciones de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), quien aseguró que dicho cierre representa una pérdida diaria de 100 millones de dólares.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés) anunció el domingo que suspendería temporalmente las operaciones ferroviarias en Eagle Pass y El Paso desde el lunes. No precisó durante cuánto tiempo.
Transportistas y políticos criticaron la medida, la cual cerró dos de los seis sistemas ferroviarios disponibles entre México y Estados Unidos.
“Este tren no para solamente en Eagle Pass. Este tren no afecta solamente a Texas”, dijo el martes en una rueda de prensa Tony Gonzalez, congresista republicano que representa a la región afectada. “Este tren tiene un impacto en todo Estados Unidos, mercancías que van a todo el país”.
La CBP reportó que hasta 10 mil personas entraron ilegalmente en el país cada día de este mes a través de su frontera suroeste. El cierre de las vías permitirá que los agentes aduaneros apoyen a los atareados agentes de la Patrulla Fronteriza que necesitan detener a los migrantes.
Miles de solicitantes de asilo que han cruzado están durmiendo a la intemperie a lo largo de la frontera mientras aguardan a que los agentes federales los procesen. La mayoría son dejados en libertad con avisos para que comparezcan ante los tribunales de inmigración, los cuales de antemano tienen más de 3 millones de casos aún pendientes.
Las operaciones se modificaron por motivos similares cuando la CBP cerró un puerto de entrada en Lukeville, Arizona, un paso de peatones en San Diego y un puente internacional en Eagle Pass, Texas.
Cerca de 10 mil vagones de Union Pacific estuvieron parados a ambos lados de la frontera. Algunos de esos vagones contienen autopartes y vehículos terminados.
Los fabricantes de automóviles Ford y Toyota dijeron a la AP que no se verían afectados inmediatamente por los cierres fronterizos, pero Stellantis —fabricante de 14 marcas de automóviles, entre ellas Dodge, Jeep y Chrysler— expresó su preocupación.
“La suspensión de las operaciones ferroviarias en los cruces internacionales entre Texas y México tiene el potencial de afectar significativamente a la producción en las instalaciones norteamericanas de Stellantis, lo que repercutirá rápidamente en nuestra base de suministro estadounidense”, dijo la portavoz Jodi Stinson en un comunicado.
Union Pacific indicó que tiene más de 60 trenes —que transportan automóviles, alimentos y bebidas, productos industriales y productos agrícolas como cereales— aguardando en la frontera.
La Asociación Nacional de Cereales y Alimentos para Animales (NGFA por sus iniciales en inglés) y la Asociación Norteamericana de Exportación de Cereales (NAEGA por sus siglas en inglés) temen que el estancamiento de los envíos de cereales y semillas oleaginosas repercuta en sus clientes de México, uno de los mercados de exportación más importantes para estos grupos.
“NGFA y NAEGA se han enterado esta tarde de la escasez crítica de suministros de forraje que enfrentan varios proveedores de alimento para ganado en México”, dijeron las organizaciones en un comunicado. “Nos hemos enterado también de que trenes con granos en varios estados están siendo retenidos para su envío debido al embargo de la CBP. La naturaleza crucial de este asunto está creciendo cada hora que pasa, particularmente para aquellos proveedores de alimento para ganado que podrían quedarse cortos de alimento”.
Los camiones son una alternativa potencial a los trenes, aunque transportar mercancías a esos volúmenes por carretera sería logísticamente problemático.
Union Pacific dijo que cada año transporta unos 450 mil embarques por ferrocarril a través de Eagle Pass y El Paso, y calcula que se requerirían un millón de camiones para mover el mismo volumen, es decir, 2 mil 800 camiones diarios.
Los migrantes suelen subir a los trenes cuando atraviesan México, pero eso no les garantiza la entrada a Estados Unidos.
Union Pacific y BNSF recurren a la policía, a convenios con organismos federales y a la tecnología para disuadir y detectar el contrabando y a personas que entran en el país ilegalmente. Union Pacific dispone de un sistema que emplea rayos gamma para detectar pasajeros no deseados.
Union Pacific dijo que, en las últimas cinco semanas, sólo encontró a cinco migrantes que estaban intentando entrar a Estados Unidos ilegalmente a bordo de sus trenes.
“A través de nuestras iniciativas, en ambos puertos de entrada hemos encontrado a muy pocas personas que tratan de cruzar la frontera en tren”, dijo BNSF en un comunicado.