Simples deducciones, por Juan Chávez
Cuidar de un niño de 3 o 4 años no es nada sencillo, máxime si es hiperactivo como el que vi hace unos días en el banco; una joven que me recordó a mi hermana menor era la responsable de vigilarlo, ella hacía fila para que la atendieran y al primer descuido el niño se le soltaba de la mano y andaba corriendo entre las sillas y las demás personas, la joven tenía que estar siempre agarrando al menor e incluso forcejeaban, lo que me hizo estar atento a la pareja, creí que en algún momento la mamá o papá de ambos llegaría y le daría calma a la situación pero estaba un tanto equivocado.
Y es que a los minutos llegó otro joven, calculo entre unos 20 o 22 años, abrazó y besó a la chava que sin duda muy apenas es mayor de edad, el niño se controló un poco pero en unos instantes comenzó a jalonear al que supuse era su padre; fue entonces cuando recordé una triste realidad, los embarazos adolescentes, un tema que muchas veces juzgamos pero que nunca analizamos o pensamos que les puede pasar a nuestras hijas o familiares, hasta que simplemente sucede.
México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos donde hay más embarazos no deseados en mujeres adolescentes cada año y Nayarit tiene el segundo lugar en el país en dicha estadística, de acuerdo a información de la Secretaría de Bienestar e Igualdad Sustantiva del estado.
El tema es delicado y complejo, pero creo que los jóvenes “pierden” los mejores años de su vida, ya que dejan de lado lo sencillo, bonito o relajado de una etapa que jamás podrán recuperar. Una madre adolescente ya no es responsable sólo de sí misma, sino de otra vida; me pregunto si estará preparada para ello, dejar de estudiar una carrera, de ir a fiestas con las amigas, viajar, vivir a plenitud, no digo que ya no pueda hacer estas acciones, es sólo que no sé si tenga la capacidad física y emocional para lograrlo, ya que, al fin de cuentas es una adolescente.
Los psicólogos concuerdan que cuando una adolescente se convierte en madre sin preparación alguna y de golpe, comienza a sentir un cambio fuerte en su vida, ya que se siente encerrada con un niño que le demanda mucha atención, tiempo, cuidados especiales y dinero, lo que implica un sacrificio enorme para el adolescente y eso propicia una inestabilidad emocional considerable, que puede generar frustración o incluso violencia; basta recordar muchos vides en internet donde vemos a madres o padres golpeando a sus hijos con el argumento de querer hacer que dejen de llorar.
Las políticas públicas para prevenir el embarazo adolescente en nuestro país son pésimas, casi, casi no existen; hay muchas fallas en nuestro sistema pero eso no nos libera a las personas de nuestra complicidad en este problema social; además, aunque el 60 por ciento de las jóvenes que resultan embarazadas viven en condiciones de pobreza, el otro 40 pertenecen a clase media e incluso alta, es decir, esta problemática no distingue clases sociales.
Uno de los principales factores de los embarazos adolescentes es la falta o poca información —por diferentes causas— entre los jóvenes, pero sobre todo originado por el desinterés de los padres de familia; quienes tienen mucho trabajo lo ponen de pretexto para convivir cada vez menos con sus hijos o hijas y quienes están desempleados hacen lo mismo por estar buscando una fuente de ingreso económico. A pesar de la globalización, la escuela, el internet o los medios de comunicación no son suficientes para que nuestros jóvenes sean conscientes de lo que significa un embarazo, de todo lo que implica, cómo prevenirlo, etc.
Como mero ejercicio, hay que preguntarnos ¿Qué le estamos enseñando a nuestros hijos o familiares?, ¿qué ignoramos que ellos hacen a nuestras espaldas por no estar nosotros a su lado? ¿Realmente los estamos informando bien sobre su cuerpo, sexualidad y temas relacionados? ¿O simplemente los dejamos a su suerte? No hay que descargar esa tarea a los demás, creo que ahí está la clave para prevenir los embarazos adolescentes. Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi correo juanfechavez@gmail.com