Una joven checa de 18 años, Gabriela Jirackova se ha convertido en una estrella de Instagram gracias a su peculiar ‘sueño’: convertirse en la muñeca Barbie. Desde hace dos años, invierte mensualmente miles de euros en operaciones estéticas y tratamientos de belleza para parecerse a uno de los juguetes más famosos de la historia, que, a la vista está, fue un referente estético para muchas niñas. Más conocida como Lolo Ta Bella, esta chica asegura estar consiguiendo su meta. Desde luego, solo hay que verla para apreciar el parecido.
«Se empieza con pequeños retoques, como el pelo, y después quieres más y más», decía Gabriela en una entrevista para la edición inglesa del diario Metro. Cuenta que empezó desde muy joven a cambiar su imagen, llevando una larga melena rubia a base de extensiones, que más tarde ha ido cambiando a distintos colores fantasía. Tiene un armario lleno de ropa en tonos rosa, y su maquillaje resalta muchísimo sus labios y sus pestañas postizas. Con el tiempo, empezó a operarse con el consentimiento de sus padres, quienes, según dice, la apoyan totalmente en su propósito.
«No sé si me parezco más a Barbie, pero me siento más sexy así», asegura la joven. Actualmente se ha sometido a diferentes operaciones de estética, como las infiltraciones en los labios, el maquillaje permanente o el aumento de pecho, de una copa C a una G. Algo que le da unas medidas desproporcionadas que ya no van acorde con el icono de Mattel, que ya vende muñecas con medidas más reales y sanas. Sin embargo, Gabriela planea seguir retocándose para quitarse las costillas flotantes e incluso volver a aumentarse el pecho.
Al contrario de lo que los haters de Instagram y la multitud de padres preocupados le dicen, Gabriela asegura que no tiene ningún problema de autoestima, que parece haber alcanzado con solo 18 años. «Soy mucho mejor ejemplo que la mayoría de famosos, que se dan a las drogas, cambian de pareja cada dos por tres o tienen escándalos a diario. Los niños ven todo eso y a sus padres no les importa», dice la instagrammer. «Luego estoy yo, que siempre intento animar a otros a hacer lo que realmente quieren o con lo que sueñan ser. Ese es mi mensaje», añade.
Y, al contrario que otras personas que también se obsesionaron con sus ídolos e invirtieron millones en parecerse a ellos, a Gabriela no le va nada mal. A su temprana edad ya es modelo para distintas firmas por su originalidad.