Si te gustan las películas animadas, seguramente en alguna ocasión has visto Wall-e, la historia de un tierno robot encargado de limpiar la basura de planeta tierra que hace hasta lo imposible por resguardar una plantita.
Aunque es una película muy futurista, hay cosas negativas que en la actualidad ya están ocurriendo.
Pensando en no quedarnos sin vegetación ni comida se creó hace unos años una Bóveda Global de Semillas, la cual está situada en el interior de una montaña en el archipiélago noruego de Svaldbard.
El objetivo es salvaguardar la biodiversidad de las especies de cultivos que sirven como alimento en caso de una catástrofe mundial.
Se le conoce también como ‘la cámara del fin del mundo’ porque es capaz de resistir terremotos, bombas y otros desastres.
Recientemente se dio a conocer que 60 mil semillas han sido añadidas, incluido el primer depósito de semillas de la herencia de la Nación Cherokee, la tribu indígena más grande reconocida federalmente en los Estados Unidos.
La tribu, que cuenta con más de 370 mil ciudadanos tribales en todo el mundo (la mayoría vive en Oklahoma), donó nueve cultivares antiguos: semillas tradicionales que se han utilizado durante innumerables generaciones, anteriores a los asentamientos europeos en los Estados Unidos.
“Es un gran honor tener una parte de nuestra cultura preservada para siempre. Generaciones a partir de ahora, estas semillas aún mantendrán nuestra historia y siempre habrá una parte de la Nación Cherokee en el mundo».