El gráfico de la fortuna de los candidatos a la Presidencia de la República es casi un retrato de uno de los grandes problemas de México: la desigualdad. El que tiene menos, tiene muy poco; y el que tiene más, lo supera por mucho.
Ricardo Anaya Cortés (Coalición “Por México al Frente”) resulta el más acaudalado. Le sigue Margarita Zavala Gómez del Campo (encabeza en las encuestas a los independientes). Quien aparece con menor fortuna es Andrés Manuel López Obrador (Coalición “Juntos Haremos Historia”) mientras que José Antonio Meade Kuribreña (Coalición “Todos por México”) se encuentra en un punto medio.
Lo anterior resultó de una revisión del patrimonio de los cuatro aspirantes a la Presidencia de la República que hasta febrero de este año han contado con más preferencia electoral de acuerdo con el promedio de Mitofsky, El Universal– Buendía y Laredo, El Financiero y Parametría. El ejercicio se basó en los documentos que los mismos aspirantes han hecho públicos a lo largo de su trayectoria política y que ahora, se encuentran a disposición de los electores.
Al momento de esta revisión, el escenario muestra a una contienda con mucha distancia entre los competidores. Los cuatro ejercicios demoscópicos dan estos promedios: AMLO (38%), Ricardo Anaya Cortés (27 por ciento), José Antonio Meade Kuribreña (22 por ciento). Después, aparecen los independientes entre los cuales, Margarita Zavala es la puntera (7 por ciento) con una diferencia de cinco puntos porcentuales de su seguidor, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”.
Especialista en procesos electorales,Eduardo Huchim dice que “la transparencia se inicia en las elecciones, y un ejercicio de presentación de fortuna de los candidatos y cómo la han conseguido, le daría mucha salud al próximo proceso pautado por varios escándalos de corrupción que parecen ser interminables”.
Arturo Espinosa Sillis, director general de Strategia Electoral, hace hincapié en que “lo importante no es cuánto tienen; sino cómo lo adquirieron. No se trata de saber si es rico o pobre; sino, cómo hizo su dinero. El conocer el origen de su patrimonio es un dato importante para los electores desde un punto de vista de toma de decisiones”.
Lo que en su historia han declarado los candidatos no permite ver si su fortuna creció o disminuyó. Es posible que todo haya sido ganado de buena manera y con trabajo; pero los ciudadanos no cuentan con un mecanismo para tener tal certeza. Si fueron funcionarios públicos, como en el caso de José Antonio Meade Kuribreña, tuvieron la opción de no publicar sus posesiones porque la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas brinda ese derecho.
Si en los últimos años fueron figuras públicas como Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés o Margarita Zavala Gómez del Campo, y colgaron su declaración en la plataforma ciudadana 3de3, los ciudadanos no pueden encontrar puntos de comparación.
La riqueza de los candidatos a la Presidencia es una imagen rota con vacíos en varios años consecutivos. Andrés Manuel López Obrador no declaró nada de manera pública entre 2005 y 2015. Ricardo Anaya Cortés no lo hizo sobre la década de 2000 a 2010 y luego dejó de hacerlo entre 2013 y 2014. José Antonio Meade Kuribreña no hizo públicas sus propiedades de 2002 a 2012. Y Margarita Zavala sólo lo hizo en 2016.
Ninguno de los candidatos ha actualizado la versión pública de sus declaraciones patrimoniales. La más reciente es la de José Antonio Meade Kuribreña quien, dado que fue funcionario público, la presentó obligado por la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas al dejar su cargo en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público el año pasado.
LOS CONTRASTES
El patrimonio del que menos tiene contrasta con el que tiene más. AMLO sólo cuenta con su salario de 50 mil pesos y una inversión menor o igual a 100 mil pesos en el banco (no precisa el nombre). En tanto, Ricardo Anaya Cortés tiene un vehículo que vale unos 210 mil pesos, cuatro inversiones menores o iguales a los 100 mil pesos y otras cuatro mayores a los 500 mil pesos, bienes muebles por 200 mil pesos, una casa de 4.2 millones de pesos y un ingreso de 293 mil pesos que hasta 2016 era por su cargo público y renta de locales.
Si la fortuna tuviera pisos, hoy en día la de Ricardo Anaya Cortés tendría dos niveles más en comparación con 2011, el año en que renunció a la presidencia estatal del Partido Acción Nacional en Querétaro.
La fortuna de Margarita Zavala Gómez del Campo, en contraste, está integrada por cinco cuentas bancarias. Dos son menores o iguales a 100 mil pesos, dos más están entre 100 mil y 500 mil pesos y otra es mayor o igual a 500 mil. Tiene también un fondo de inversión. Cuenta con joyas que valen unos 200 mil pesos; además de obras de arte, dos vehículos (una camioneta BMW 2013) y tres terrenos. En una de sus extensiones tiene una casa de 799.24 metros cuadrados valuada en 5.1 millones de pesos.
Los escándalos de corrupción con tramas interminables y la lenta impartición de justicia se convirtieron en el eje de las elecciones del próximo 1 de julio, que será el proceso más grande que hasta ahora haya vivido México con tres mil 400 cargos en disputa, entre ellos, la Presidencia de la República.
En febrero pasado, la organización Transparencia Internacional dio a conocer su estudio anual sobre la percepción de la corrupción en 180 países. México apareció más hundido que el año pasado. Cayó seis lugares al pasar del sitio 129 al 135. A nivel regional se colocó entre las peores posiciones de América Latina y el Caribe. Según ese Índice, México obtuvo una calificación de 29 puntos, en una escala que va de 0 a 100, donde 0 es el país peor evaluado y 100 el mejor calificado en la materia.
¿Cuál es la responsabilidad de los candidatos frente a este paisaje? Los especialistas en materia electoral y en Combate a la Corrupción a los que se les puso bajo consideración este ejercicio de revisión coinciden en que desde ahora, la presentación de la fortuna debe ser clara, exhaustiva y hasta exagerada.
“La corrupción es tan amplia que se convirtió en un eje transversal de los demás problemas. Por ejemplo, la salud, la inseguridad o la competitividad. Es rampante y carcome todas las áreas”, indica Arturo Espinosa Sillis, el Director General de Strategia Electoral. Para este analista de las elecciones mexicanas, “la responsabilidad de los actores políticos en el contexto que vive el país es ser transparentes frente a los electores para mostrarles, para rendirles cuentas en los temas patrimoniales. Sobre todo cuando hay cuestiones que los ponen en duda”.
En 2015, después de una batalla de organizaciones civiles, el Presidente Enrique Peña Nieto vetó algunos artículos de la Ley General de Responsabilidades Administrativas para impedir que la iniciativa 3de3 -que iba a obligar a los funcionarios y al Jefe del Ejecutivo a hacer públicos sus bienes, intereses e impuestos- fuera aprobada. Así, el 18 de julio de 2016, promulgó la legislación del Sistema Nacional Anticorrupción sin esta obligatoriedad.
Fidel Ramírez Rosales, Director General adjunto de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional Anticorrupción (SESNA), habla de la declaración patrimonial de los funcionarios públicos y sus formatos, así como de su utilidad, tal como quedó después del veto presidencial.
“El objetivo de las declaraciones es buscar casos de enriquecimiento ilícito. Esto sucede a través de lo que se llama evolución patrimonial, que es un proceso poco conocido que lleva la Secretaría de la Función Pública”. Pero Ramírez Rosales pone acento en que los ciudadanos no cuentan con ningún mecanismo para revisar el patrimonio de los candidatos y ver por sí mismos, si este creció o disminuyó. Y todo, al final, depende de la voluntad de los mismos candidatos.
LOS PATRIMONIOS
JOSÉ ANTONIO MEADE KURIBREÑA (COALICIÓN “TODOS POR MÉXICO”)
Durante 10 años consecutivos, de 2002 a 2012, Jose Antonio Meade Kuribreña no estuvo de acuerdo en hacer de conocimiento público su declaración patrimonial y de intereses. Hasta la fecha, tampoco ha presentado su “3de3”.
En 2012, el Partido Revolucionario Institucional ganó las elecciones presidenciales. Enrique Peña Nieto recibió la banda presidencial el 1 de diciembre de ese año. Dos días después nombró a su equipo de trabajo.
En la baraja de nombres, José Antonio Meade Kuribreña era el único funcionario que también había trabajado con el antecesor de Peña Nieto, el panista Felipe Calderón Hinojosa. Político sobreviviente del enroque, se convirtió en Secretario de Relaciones Exteriores, dependencia desde la que promovió las reformas estructurales impulsadas por el Jefe del Ejecutivo ante el mundo.
Fue a partir de ese momento que el ahora candidato presidencial de la coalición “Todos por México”, conformada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (PANAL), abrió su peculio al escrutinio público. Pero sólo lo hizo de manera parcial.
Cuando en enero de 2013 tuvo que presentar su declaración “inicial”, expuso por primera vez que poseía un terreno de 254 metros cuadrados que había comprado al contado el 1 noviembre de 2012, además de un coche Honda FIT modelo 2007, que adquirió el 13 de febrero de 2007. No contaba con casas, pero sí con esculturas y cuadros que compró también al contado en 2008 y 2009. En mayo del mismo año, añadió ante el público su seguro de separación individualizado, una cuenta bancaria, cuatro tarjetas de crédito y un préstamo personal que adquirió en noviembre de 2011.
En los años siguientes, el patrimonio de Meade Kuribreña sufrió ligeras modificaciones. No podemos saber su magnitud. Tampoco si sus egresos son proporcionales a sus ingresos. En medio de esa opacidad, en 2014, quien fuera Secretario de Hacienda en dos ocasiones, declaró la construcción de un inmueble de 145 metros cuadrados en el terreno que ya tenía.
En agosto de 2015, el Presidente Peña Nieto decidió cambiar a su Gabinete. Meade fue nombrado Secretario de Desarrollo Social y su cargo en la Cancillería lo ocupó Claudia Ruiz Massieu. La fortuna de Meade era una construcción, un terreno, un coche 2007 y obras de arte. Los valores de todo ello eran una incógnita ante los gobernados.
En 2016, vendió su Honda FIT para comprarse el mismo modelo en su versión 2017. Un año posterior a dicha compraventa, la única modificación en su declaración patrimonial estuvo relacionada con su terreno y su construcción. Esta última pasó de abarcar 145 a 194 metros cuadrados.
Entre 2013 y 2017, en promedio, Meade ha devengado 188 mil 814 pesos mensuales. En ningún caso hace mención de ingresos diferentes a los que percibe por cargo público. En cuanto a sus posibles conflictos de interés, no los menciona o no está de acuerdo en darlos a conocer.
RICARDO ANAYA CORTÉS (POR MÉXICO AL FRENTE)
El panista Ricardo Anaya Cortés ha sido inconsistente en sus declaraciones públicas. En 2011 reconoció ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) percibir un salario mensual de 115 mil 848 pesos. También declaró poseer una casa valuada en 4.3 millones de pesos, bienes inmuebles por 200 mil pesos y cinco inversiones que ascienden a poco más de 5.8 millones de pesos en total.
En 2012, no estuvo de acuerdo en hacer pública su declaración patrimonial y de intereses. No fue sino hasta 2015 que presentó su “3de3” y los ciudadanos supieron de las variaciones positivas que sufrió su peculio.
Su salario mensual decayó a 96 mil 527 pesos mensuales. Fuera de ello, sus inversiones pasaron de ser cinco a ser ocho. Los montos son inaccesibles aunque aparecen por rango: cuatro son menores o iguales a 100 mil pesos y cuatro son iguales o mayores al medio millón de pesos.
Además, el candidato presidencial de la coalición “Por México al Frente” de los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), reportó tener un vehículo Chevrolet Tahoe 2009, valuado en 210 mil pesos; y un crédito hipotecario de casi 5.6 millones de pesos.
Anaya, luego de verse involucrado en señalamientos de supuesto lavado de dinero por la compraventa de un terreno y una nave industrial en Querétaro, que implicó una transacción de 54 millones de pesos, publicó una aclaración patrimonial en la que asevera que, entre él y su esposa, tienen ingresos anuales por cinco millones 484 pesos. En cambio, sus gastos ascienden a tres millones 648 mil pesos al año.
En cuanto a su capacidad de ahorro, el llamado “niño maravilla” reconoce que para octubre de 2015 tenía 3.3 millones de pesos guardados. En la actualidad dice tener sólo 742 mil pesos por haber “dispuesto de casi 2.5 millones de pesos de nuestros ahorros para distintos gastos en este periodo” -que va de noviembre de 2016 al presente-, se lee en su aclaración patrimonial.
De acuerdo con Anaya Cortés, tanto él como su cónyuge poseen varias propiedades heredadas -más de cuatro-. El resto ha sido fruto de 17 años de trabajo, años en los que dice haber tenido “la oportunidad de hacer ahorros importantes a partir de mis ingresos. He invertido mi patrimonio inicial y mis ahorros en locales comerciales, y ahora he comenzado a invertir en el negocio de naves industriales”.
Sobre su esposa manifestó que “también ha trabajado y proviene de una familia con un patrimonio considerable, motivo por el cual tiene propiedades”.
En sus diferentes declaraciones, Anaya Cortés, de 39 años, sólo reconoce tener acciones de dos empresas: Cintla S de RL de CV y Juniserra S de RL de CV, en 50 y 42 por ciento.
Anaya, en su “3de3”, refiere estar al corriente con sus responsabilidades fiscales. El Servicio de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) lo corrobora en un documento.
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR (UNIDOS HAREMOS HISTORIA)
En la que será su tercera candidatura presidencial, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) al parecer llega limpio de escándalos de corrupción; pero con declaraciones patrimoniales que no permiten saber a cabalidad su evolución patrimonial. Salvo por la “3de3” que presentó en 2016, los ciudadanos sólo tienen datos de cuando fue Jefe de Gobierno capitalino, entre los años 2000 y 2005.
En 2000, cuando el PAN llegó por primera vez a la silla presidencial, López Obrador declaró tener cinco propiedades con un valor en conjunto de poco más de 2.2 millones de pesos; un vehículo Nissan Sentra modelo 1999 de 115 mil pesos; además de contar con 145 mil pesos en el banco y un adeudo de dos mil pesos ante el Fondo de Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (FOVISSSTE).
Un año después, AMLO declaró haber finiquitado su adeudo ante el FOVISSSTE y tener sólo 30 mil pesos en el banco. Entre 2002 y 2004, su fortuna declarada pasó de 84 mil 382 a 369 mil 532 pesos
En ese periodo, el abanderado de la coalición “Juntos Haremos Historia” de los partidos Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES), vendió su carro en 100 mil pesos y se compró un Nissan Platina 2004, valuado en 113 mil 200 pesos. También vendió una de sus propiedades. Fue un departamento por el que en 2002 recibió 780 mil pesos. Ese mismo año compró otro departamento en poco más de un millón de pesos.
De ahí en fuera, no se sabe más de AMLO hasta 2016. En su “3de3” asegura tener un salario mensual de 50 mil pesos y contar con una inversión bancaria menor o igual a 100 mil pesos. Por lo demás, el oriundo de Tabasco asegura “realmente” no tener bienes materiales puesto que “ya lo que tenía lo cedí, lo entregué a mis hijos”, comentó hace dos años en un video subido a redes sociales.
Hasta 2015 ante el SAT, AMLO tenía un saldo a favor por 779 pesos. Un año antes, su saldo a favor fue de 22 mil 516 pesos.
MARGARITA ZAVALA GÓMEZ DEL CAMPO (INDEPENDIENTE)
Margarita Zavala Gómez del Campo, candidata independiente quien renunció a 33 años de militancia panista en octubre del año pasado, no tiene más declaración patrimonial –al menos de manera pública– que la “3de3” que presentó en 2016.
En su declaración, Zavala Gómez del Campo reconoce tener un salario mensual de 72 mil 357 pesos mensuales; seis inversiones de entre 100 mil y el medio millón de pesos; además de tres adeudos que suman 30 mil 503 pesos. La candidata presidencial también invierte en joyas. Tiene casi 200 mil pesos en alhajas.
La esposa del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa [2006-2012] posee tres propiedades: un terreno de mil 623 metros cuadrados con una construcción de 799 metros cuadrados, valuado en 5.1 millones de pesos; y dos terrenos más de nueve mil 805 y 19 mil 475 metros cuadrados, con un valor respectivo de 100 mil y 60 mil pesos.
En cuando a bienes muebles se refiere, Margarita Zavala declaró 565 mil pesos por concepto de menaje de casa, obras de arte y otros. Asimismo, es dueña de dos vehículos: uno no especificado y una camioneta blindada tipo BMW modelo 2013, con un valor superior a los 1.2 millones de pesos.
En cuanto a sus posibles conflictos de interés, la aspirante presidencial menciona haber hecho negocios con El Universal, Penguin Random House, Smart Speakers y Speakers México, además del Instituto Dignificación de la Política A.C.
También manifestó tener participaciones en la Fundación Cambia la Historia A.C., la Fundación Margarita Zavala A.C., la Fundación Desarrollo Humano Sustentable A.C., Word Resource Institute, The Education Comission on the Economy and Climate, Energy Transition Commission, la Escudería Hermanos Rodríguez, entre otros.
En materia fiscal, hasta 2015, estaba al corriente con su pago de impuestos y responsabilidades, refiere una misiva del SAT.
Margarita Zavala fue criticada a mediados de 2016, ya que a pesar de apoyar el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) y la iniciativa “3de3”, se había negado a presentar de manera pública sus declaraciones patrimonial, fiscal y de intereses. Hasta la fecha no podemos saber lo que declaró, por ejemplo, cuando fue Diputada federal entre 2003 y 2006.