Año electoral

Véritas Liberabit Vos

Como cada vez que se inicia un año de sexenio, a partir que el reloj marca las cero horas y culmina el regocijo que conlleva la llegada de un nuevo año, se torna un panorama expectante a lo acontecerá a mediados del mismo y que será decisivo para los destinos de nuestro país; asó podríamos recordar el despertar de 1994 cuando las noticias nos empezaron a mostrar las escenas que señalaban un levantamiento armado allá en los Altos de Chiapas que cimbró a toda la nación por la declaración de guerra al gobierno emitida por el EZLN y su vocero el Sub Comandante Marcos, aún no nos despabilábamos de este suceso cuando en marzo se daba el magnicidio sobre el candidato del PRI Luis Donaldo Colosio acontecimiento que dio un giro radical a la elección de ese año, donde se dice el temor fue el común denominador que hizo triunfar a Ernesto Zedillo Ponce de León.

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Para el año 2000 la apertura al nuevo siglo llenaba de esperanza y renovación los aires no solo del país sino del mundo, el llamado Nuevo Orden Mundial ya con un solo centro de poder único y un proceso de globalización en el que estaba inmersa la economía, la sociedad y la política que provocaban se respirara un ambiente democrático, donde esta última se entendía como una alternancia hacia el statu quo imperante, por ello ese año la sociedad vivía inmersa en un sentir de cambio, en un sentir en paralelo a los movimientos mundiales derivados de la caída de la cortina de hierro y de las luchas en la llamada “Tormenta del Desierto”, así ante un mundo que resurgía a lo nuevo llego la victoria de Vicente Fox uniéndose así nuestro país a la lista de cambios en el mundo.

Seis años después las cosas no eran tan claras como se creía, el mundo seguía en una recomposición de fuerzas que aún estaban en un proceso de embonar y de fraguar las estrategias; fuertes eran las presiones de sistemas opuestos a la llamada globalización neoliberal que imponían una feroz impugnación al modelo capitalista generando alternativas basadas en movimientos sociales de pueblos y comunidades y así se veía a Bolivia con Evo Morales, Brasil con Lula da Silva, Venezuela con Hugo Chávez, Michelle Bachelet en Chile ejemplos de países latinos hermanos cuya economía y gobierno se veían alterados al llegar la llamada “izquierda” a detentar el poder, México se batía entre dos fuerzas principales aquellas que habían roto la jetatura de más de 70 años y la que apostaba por un poder con visos de un sistema que no desarrollaba en la práctica avance económico o de progreso, el país se definió por Vicente Calderón y se vivió el conocido “voto por voto” que perdura hasta nuestros días.

Hace seis años la situación con la que inició el año electoral era pesada y de zozobra, el país se veía inmerso en una batalla muy dolorosa que había enlutado miles de hogares producto de una lucha feroz contra el crimen organizado, igualmente y sin entenderlo científicamente el país salía de otra lucha más contra un virus mutante de una influenza A(H1N1) pandemia que sumó angustia y preocupación a una sociedad consternada por la violencia como pan de cada día y una imagen de nuestro país ante el extranjero que detenía en forma importante el desarrollo del turismo y la economía, así en este panorama se decidió el votante por una nueva alternativa esperanzada en un gobierno que restableciera esa paz y supiera congeniar los intereses de una sociedad cambiante que requería de reformas estructurales en diferentes órdenes del quehacer político, así la elección dio un giro y después de 12 años el PRI regresó al poder con Enrique Peña Nieto.

Hoy se abre un panorama totalmente diferente, el próximo primero de julio se llevarán a cabo la jornada electoral más inédita de la historia de nuestro país, donde no solo se  votará por la Presidencia de la República, sino también por los 628 legisladores que conforman el Congreso de la Unión, así como nueve gobernadores incluyendo entre ellos al de Ciudad de México, igualmente se elegirán 972 diputados locales de 27 Estados y por si fuera poco 1 596 ayuntamientos en 24 entidades agregando a ello los alcaldes y concejales de la Ciudad de México, un paquete electoral que no tiene parangón con ninguna otra elección anterior, donde por primera ocasión habrá candidatos independientes a la Presidencia de la República, al Senado así como de diputados locales, lo que hace prever una elección con un alto grado de dificultad, no solo por el número tan grande de puestos en disputa, por la integración de diferentes figuras electorales que anteriormente no existían tal es el caso de los independientes y por todo lo que referente a la maquinaria de procesos electorales se va a requerir.

Indudablemente que a lo anterior se une el pronóstico de una alta competitividad donde las Alianzas: “Meade Ciudadano por México” que encabeza el PRI, Verde Ecologista y Nueva Alianza;   “Por México al frente” conformada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano y la que integran MORENA, PT y Encuentro Social, junto aquellos independientes que se pudieran colar al conseguir su registro dejarían una elección de polendas que presagia una diferencia mínima de un dígito entre el primer y segundo lugar.

A partir de ahora será no solo importante ver el desarrollo de las campañas sino también el desempeño de las autoridades electorales que tendrán una verdadera prueba de fuego ante esta mega elección, en la cual, la ciudadanía espera el mejor trabajo y el menor cuestionamiento ante tan importante y decisivo proceso.

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