Florentino Pérez habría logrado convencer a Zinedine Zidane, según los reportes que circulan por Madrid desde el mediodía del lunes. El entrenador francés volvería a hacerse cargo del equipo a partir de este martes, en principio, hasta el final de temporada y sería anunciado esta noche, después de que el presidente anuncie la destitución de Santiago Solari en la junta directiva que tendrá lugar por la tarde.
“Si necesita un descanso, también se lo merece”, dijo Florentino Pérez hace menos de un año; el 31 de mayo, cuando Zinedine Zidane anunció su decisión de hacerse a un lado tras conquistar su tercer título de Champions League consecutivo.
Expuso varios motivos para tomar esa decisión. La que resonó con más fuerza fue que el equipo necesitaba “un cambio de discurso” y que con él en el banquillo no iban “a ganar nada”.
A Florentino Pérez no le quedó otra que externar su fe en que Zidane volvería. Resultó más temprano de lo que nadie habría imaginado. En cuanto se consumó el fracaso europeo del conjunto merengue, el presidente de la institución Florentino Pérez pensó en el técnico más exitoso en la historia del club.
Zidane dejó un legado difícil de igualar: nueve títulos en dos temporadas y media, una Liga, una Supercopa de España, tres Champions League, dos Supercopas de Europa y dos Mundiales de Clubes.
Nadie había querido ser su sucesor en verano – Julen Lopetegui no era ni el tercer candidato en la lista – y mucho menos, llegar a reparar el daño hecho por la gestión del vasco en noviembre. La sombra del francés pesaba aún, como pesa ahora.
Sin embargo, Zinedine Zidane habría dicho que no, en un principio. Según reportó El País, las relaciones entre el directivo y el entrenador habían quedado tan dañadas que el contacto se había realizado a través de terceros. Zidane, sin embargo, habría dejado la puerta abierta a volver a entrenar en verano; ya fuera al Madrid, o a alguno de los equipos que han tocado su puerta, entre ellos, la Juventus de Turín.
Surgió entonces la posibilidad de contratar a José Mourinho, pero según trascendió, se trataba de una opción que convencía a pocos en la directiva, y menos en el plantel, donde aún quedan cicatrices visibles tras su paso por el equipo entre 2010 y 2013.
Aún está por verse en qué condiciones volvería el entrenador, y por cuánto tiempo. De momento, tiene una dura tarea en los once partidos que le quedan a la campaña: amarrar el puesto de Champions, sanear a manera de lo posible un vestidor roto por el fracaso de la temporada.
Y planear un verano que pinta movido, con las salidas de varios elementos para abrir espacio a los refuerzos ‘bomba’ que el equipo merengue necesita con desesperación, para volver a pelear por todos los títulos, y para calmar a una enfurecida afición.