El equipo londinense se impone 2-0 en el principado y empata el marcador global 3-3, sin embargo es eliminado por goles de visitante
Al borde del milagro se quedó el Arsenal, que necesitaba una gesta de considerables dimensiones ante el Mónaco para acceder a cuartos de final de la Liga de Campeones pero que se quedó a un gol de conseguirlo (0-2).
Los de Arsene Wegner acabaron sucumbiendo al desastre de la ida (1-3) y, como entonces, fallando numerosas ocasiones de gol en una falta de acierto que les deja fuera de Europa por la diferencia del valor de los goles en campo contrario.
Podrán consolarse con la satisfacción de haber marcado dos goles a una defensa que solo había recibido dos en siete encuentros y haber hecho temblar a la zaga menos batida de Europa y de Francia.
Y ganar su quinto encuentro consecutivo. Y mantener su serie positiva en Francia, donde nunca han perdido.
Los “gunners” tenían que escalar una auténtica montaña, superar un resultado adverso que ningún otro equipo había remontado en la historia de la competición.
Para lograrlo, Wenger puso toda la dinamita en el campo. Cazorla por delante de la defensa, Ozil como enganche y Giroud en la punta, respaldado por los costados por Aléxis Sánchez y Welbeck.
Tardó el Arsenal en hacerse con los mandos del partido, ante el correoso rival, que su entrenador, el portugués Leonardo Jardim, reforzó con el exsevillista Kondogbia en el centro del campo, que se convirtió en un terreno minado para la creación.
Conscientes de ello, los británicos buscaron un juego directo, que siempre acababa en Giroud, bien asistido por Ozil, Sánchez y Welbeck. El internacional francés, que había multiplicado los errores en la ida, mantuvo su mala racha.
Hasta que en el minuto 36 le sonrió la suerte. Una internada suya le dejó solo ante el meta monegasco Subasic, que le ganó el mano a mano, pero el rechace volvió a las botas del atacante que, a la segunda, encontró el camino de la red.
Sombrío hasta ese momento, el Arsenal comenzó a creer en que la remontada era posible. Dos minutos más tarde, Welbeck dispuso de un buen disparo desde la medular del área, pero el balón se estrelló en el defensa Adbennour.
En el minuto 53 Ozil obligó a Subasic a una gran parada en el lanzamiento de una falta, pero en ese periodo del partido era el Mónaco el que más peligro creaba al contragolpe, un arma que dio mucho resultado en la ida pero que fue inerte en el Luis II.
A la hora de juego Ozil dispuso de una buena ocasión, pero fue en el 79 cuando Ramsey, que había sustituido a Coquelin cuando Wenger decidió jugarse el todo por el todo, logró el tanto que hacía posible el milagro.
El Arsenal puso todo el coraje pero le faltó el orden y la calma para derribar el muro monegasco y conseguir la gesta.