Así es México

Véritas Liberabit Vos

Este día que conmemoramos el 196 aniversario de la Independencia de Nuestro país lograda con la sangre y sacrificio de muchos hombres y mujeres cuyos nombres se insertan en la Historia como héroes y reciben nuestro respeto y admiración, quiero también incluir en ellos a todos los héroes anónimos que surgen del corazón de esta herida nación y que con la voluntad firme y la mayor decisión se han enlistado en las filas de voluntarios que desde el 19 de septiembre han estado ahí día y noche dando la mano a su prójimo, a ellos les dedico estas líneas fundamentadas en nuestro nacionalismo.

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Nuestro Himno Nacional fue presentado por primera vez en el Teatro Santa Anna que por lógicas razones cambió posteriormente de nombre a Teatro Nacional, esta presentación se realizó con toda la pompa y circunstancia de la época un 15 de septiembre de 1854 interpretado por una Compañía de Ópera italiana dirigida por el maestro Juan Bottesini y el coro de la compañía de Miguel Masón y Pedro Carvajal, que incluyó a los solistas Lorenzo Salvi tenor, y la soprano Claudia Florenti.

Pues bien nuestro Himno que en el mundo es considerado como uno de los más hermosos y marciales, solo antecedido por la Marsellesa de Francia, sufrió varios cambios por razones políticas de aquellos tiempos,  específicamente se eliminaron las estrofas IV  que hacía alusión a quién promovió la creación de este Himno el no bien recordado Antonio López de Santa Anna y la estrofa VII dedicada al consumador de la Independencia Agustín de Iturbide, quién justo en estos días se rememora al conmemorarse un aniversario más de la Consumación de Nuestra independencia.

Esta  Estrofa VII, no muy conocida ya, correspondiente a Iturbide  decía al calce:

“Si a la lid contra hueste enemiga

Nos convoca la trompa guerrera

De Iturbide la sacra bandera

¡Mexicanos! Valientes seguid

Y a los fieros bridones les sirvan

Las vencidas enseñas de alfombra

Los laureles del triunfo den sombra

A la frente del bravo adalid”

Viene a colación esta estrofa ya que este 27 de septiembre se  festejan  años de llevar el nombre de México y mantener como enseña nacional una bandera tricolor que fue legada por ese hombre al que se refería la estrofa VII antes mencionada, aquél al cual Joel R. Poinsset Primer Ministro de los Estados Unidos en nuestro país deseaba convencer para que aceptara su propuesta de ceder los Territorios del Norte del país,  nos referimos  Agustín de Iturbide, también conocido como el Dragó de Hierro.

Agustín de Iturbide fue el artífice del Plan de Iguala, un ideario político social, que entre otras cosas señalaba: Que en la nueva nación, sin distinción alguna de europeos, africanos, ni indios, son ciudadanos de esta monarquía con opción de todo empleo, según méritos y virtudes; Las personas y sus propiedades serían respetadas y protegidas por el gobierno,  el clero secular y regular se conservaría en todos sus fueros y preeminencias. Una junta cuidará de todos los ramos del Estado; Existirá un ejército protector, denominado de las Tres Garantías. Con este Plan se buscaba la uniformidad de sentimientos y la unión de todos los mexicanos, como bandera de la nueva nación,  se adoptó la enseña tricolor, que hizo jurar a sus soldados el 2 de marzo de 1821 con el simbolismo de las Tres Garantías: Religión, Independencia y Unión.

Con este ideario político cuyo objetivo fue lograr la independencia de la Nueva España con el mínimo derramamiento de sangre, que fue conseguido en poco menos de un año, del 24 de febrero al 27 de septiembre, para entrar posteriormente de manera triunfal a la capital de la Nueva España  la que después cambiaría el nombre por el de Estados Unidos Mexicanos.

Ahí, en ese día glorioso, Iturbide se dirigió a la multitud con estas palabras:

“Ya me veis en la capital del imperio más opulento sin dejar atrás ni arroyos de sangre, ni campos talados, ni viudas desconsoladas, ni desgraciados hijos que llenen de execración al asesino de sus padres” Se instalara la Junta, se reunirán los cortes” yo os exhorto a que olvidéis las palabras alarmantes y de exterminio y sólo pronunceis las unión y de amistad íntima” Contribuid con vuestras luces y ofreced materiales para la elaboración de nuevas leyes, pero sin la sátira mordaz ni el sarcasmo malintencionado”.

Esta es la crónica de una etapa que al poco tiempo quedaría derrumbada por la ambición y el Destino Manifiesto de una nación vecina que al calor de las traiciones e intereses particulares palió ese sueño inicial junto a la imagen del Libertador, quién al poco tiempo de ser investido como Emperador de México tuvo que declinar por el Plan de Casa Mata encabezado por un siniestro personaje llamado Antonio López de Santa Anna que planteó su estrategia con el fin de llegar al poder, lo que logró  en 1833 y perpetuarse ahí hasta 1855 etapa de nuestra historia letal por todos los acontecimientos dolorosos en luchas e invasiones extranjeras donde perdimos más de la mitad de nuestro territorio, por cierto la otra estrofa (IV) que ya no aparece en nuestro himno estaba dedicada precisamente a este personaje quién se hizo llamar Alteza Serenísima y que hoy forma parte de las páginas negras de nuestra historia.

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