Entre los más de 100 heridos hay personas en estado grave, por lo que la cifra de víctimas podría seguir creciendo, según las autoridades
Un suicida con bomba causó la muerte el lunes de al menos 70 personase hirió a más de 100 en un ataque en un hospital de la ciudad paquistaní de Quetta, dijeron autoridades de la inestable provincia de Baluchistán, en el suroeste del país.
El atentado ocurrió cuando más de 100 dolientes, en su mayoría abogados y periodistas, acudieron a la sala de emergencias tras la muerte de un prominente abogado que recibió un disparo el día anterior, afirmó Faridullah, un reportero que estaba en el lugar.
Abdul Rehman Miankhel, un funcionario del hospital civil administrado por el Gobierno, donde ocurrió la explosión, dijo a los medios que al menos 70 personas perdieron la vida y que más de 112 resultaron heridas.
Hay muchos heridos, de modo que el número de muertos podría aumentar”, declaró Rehmat Saleh Baloch, ministro de Salud de la provincia.
Talibanes asumen autoría
Jamaat-ur-Ahrar, una facción del grupo militante islamista talibán paquistaní, se atribuyó la responsabilidad del ataque a través de un correo electrónico.
No quedó claro de inmediato si el grupo perpetró el atentado, ya que se cree que en el pasado se atribuyó acciones que no cometió.
Tehreek-e-Taliban Pakistan Jamaat-ur-Ahrar (TTP-JA) se responsabiliza de este atentado y promete seguir realizando estos ataques”, dijo el portavoz Ehsanullah Ehsan en el comunicado.
La semana pasada, Jamaat fue añadido a la lista de terroristas globales de Estados Unidos, provocando la imposición de sanciones.
Imágenes de televisión mostraron escenas de caos en el hospital de Quetta, con personas corriendo presas del pánico entre los escombros, mientras los pasillos estaban llenos de humo.
Los cuerpos estaban tirados en un patio del hospital poco después del ataque, mientras los trabajadores de emergencias intentaban identificar a los sobrevivientes.
El motivo del ataque no estaba claro, aunque numerosos abogados han sido blanco de atentados últimamente en Quetta, capital provincial de Baluchistán, que tiene un historial de violencia militante y separatista.