La verdad… sea dicha
Así se ha revelado que todavía no existe la manera de comprobar que algún artista de este planeta haya pintado el famoso lienzo; y más aún, se señala, los compuestos químicos para los colores empleados en la imagen no pertenecen del todo a los conocidos y usados en el mundo. Fíjese usted, amable lector; aún con la fe ciega que muchos mexicanos le profesamos a la Virgen de Guadalupe, para otros parroquianos, el tema ha sido motivo de polémica y ciertas desavenencias. Verá, le explico: En el año 1996, surgió un escándalo cuando el entonces abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schlenburg Prado, dejó entrever un debate entre los jerarcas eclesiásticos que se disputaban el dominio del santuario guadalupano, lo que reveló la posibilidad de ciertos intereses ajenos al apostolado religioso.
Para la mayoría del pueblo mexicano la Santa Virgen es parte inherente de su gran espiritualidad, de sus costumbres y su franca manera de ver la vida; tal vez en esta idea, el ex Arzobispo de México, Ernesto Corripio Ahumada, allá por el año 1990 declaró que “Quienes nieguen las cualidades del beato Juan Diego, o no lo conozcan, serán considerados herejes y enemigos de la Iglesia”; pero en mayo del mismo año el subdirector de prensa de la Santa Sede, Ciro Benedittini, le contradijo desde Roma: “El problema de la existencia o no de Juan Diego, no involucra de manera directa a la Sede de la Iglesia Católica”. Y fue más allá, “si algunos no creen en ellas, (las apariciones guadalupanas) no por ello dejan de ser católicos, pues el elemento esencial es Cristo”. Luego, desde la misma Iglesia católica saldrían comentarios respecto a que la historia de Juan Diego nunca existió. Ni hablar, donde quiera se cuece habas. Aquí en México, dos artistas dieron la nota en cuanto a la polémica en torno a la guadalupana; resulta que hace años el ya desaparecido cantautor Juan Gabriel, despertó un sinnúmero de sentimientos contradictorios, cuando en una de sus canciones comparó a la actriz María Félix con la madre de Dios, hecho que enojó a los fieles devotos. Este tema ya lo había comentado en otra columna, pero indudablemente lo de la Virgen de Guadalupe siempre es actual.
EMPIEZA LA LLORADERA EN LOS MUNICIPIOS
En unos cuantos días algunos alcaldes municipales empezarán a decir por todos lados que no tienen dinero para cubrir las prestaciones de fin de año a los trabajadores. De tal modo que empezará la lamentación de todo mundo, la preocupación de los trabajadores al no saber si finalmente recibirán sus aguinaldos, mientras que los alcaldes ya estarán pidiendo al Congreso les autorice algún préstamo urgente, o pidiendo al Gobierno del Estado les apoye con el recurso momentáneamente. Las razones para la falta de liquidez pueden ser muchas, como la mala administración, las deudas anteriores, el abuso de los recursos y la pésima recaudación de impuestos por parte de los ayuntamientos. El caso es que como sucede cada año, en las presidencias municipales no tendrán ni para comprar escobas y trapeadores
AQUEL TEPIC DE ANTAÑO
Las noches de quietud alumbradas por la luna, eran siempre una sagaz invitación al romanticismo para los jóvenes nayaritas. Cierto, la creciente modernidad y el progreso que se daba en el país, parecían haberse detenido en este rincón provinciano, pero quizá en parte, eso había mantenido la magia y la sensibilidad afable que los pobladores conservaban, dándole a nuestro Tepic de antaño, la atmosfera de bienestar que también los visitantes respiraban desde el momento en que llegaban por primera vez a la capital de Nervo. Qué tiempos aquellos, cuando para la mayoría de la gente era común visitar por las mañanas los mercados para tomar el acostumbrado jugo de naranja, y luego asistir a las tardes refrescantes en La Loma y La Alameda, únicos sitios públicos que servían de distracción para los niños y jóvenes. Desde luego, inolvidables eran las noches interminables que reunían a los amigos, en la confianza de que, pasara el tiempo que pasara, la seguridad estaba garantizada. robleslaopinion@hotmail.com