Delgado, con los ojos tristes y sin sonreír. Así aparece Brad Pitt en su primera producción fotográfica tras el anuncio de separación de Angelina Jolie.
Tres portadas para la revista GQ Style, cuya entrevista interior está todavía a buen recaudo.
Las fotografías han sido realizadas por Ryan McGinley en el Monumento Nacional White Sands, en el Parque Nacional Caverns de Carlsbad y en el Parque Nacional Everglades.
La conversación, de la que pronto tendremos más detalles jugosos, se describe como una charla “cruda y reflexiva” sobre el amor, la pérdida, la paternidad y cómo salir adelante después de que todo tu mundo se desmorone, en alusión a su adicción al alcohol.
Unas declaraciones, las primeras, del actor y productor después de meses en los que hemos visto cómo ha afectado físicamente la ruptura de su esposa.
Sin embargo, las cosas han mejorado mucho en las últimas semanas y la estrella ha podido de disfrutar de sus seis hijos con más asiduidad.
Todos sus vástagos pasaron el pasado fin de semana en la residencia del actor en Los Feliz (Los Ángeles), la primera vez que los pequeños, acompañados de dos niñeras, pasan un fin de semana completo con su padre.
“Tuvieron una comida familiar que Brad disfrutó realmente mucho. Fue un caos total, los niños querían comer cosas diferentes y Brad estaba muy agradecido de tener un chef que se acomodará a sus peticiones”, dijo una fuente.