La Fiscalía estatal ha informado de la detención del que fuera pareja de la chica de 20 años, que recibió una paliza de muerte y falleció en el hospital en abril del año pasado
Uno de los presuntos feminicidas más famosos de México ha sido detenido este viernes, según ha informado la Fiscalía de Veracruz. Marlon Botas, acusado de asesinar a su pareja a golpes, llevaba prófugo más de un año y el caso de Montserrat Bendimes, de 20 años, se había convertido en un símbolo de la impunidad de la violencia machista. Botas llegó a aparecer hace un mes en un vídeo que compartió a una cadena de televisión mexicana para negar su responsabilidad en la muerte de la chica y pedir que liberaran a sus padres, en prisión desde noviembre, por complicidad con el crimen. Bendimes falleció en un hospital del Estado en abril de 2021 por los severos golpes que recibió. La habían llevado al hospital sus suegros, mientras Botas planeaba una fuga que pudo mantener hasta ahora.
El asesinato de Bendimes provocó una ola de indignación en Veracruz, donde los colectivos feministas que arroparon a la familia desde lo sucedido organizaron marchas y acciones para buscar justicia. La captura de los padres de Botas en Ciudad de México en noviembre del año pasado sentó un precedente para quienes colaboren con los asesinos de mujeres, según celebraron estas organizaciones. Y se empapeló el Estado con el rostro de Marlon Botas: grafitis en las paredes, muñecos con su foto en el malecón del Puerto de Veracruz, carteles de búsqueda y captura, vídeos e imágenes en redes sociales. La Fiscalía anunció que había pedido a la Interpol que emitiera una ficha roja de búsqueda en casi un centenar de países —aunque la ficha no es pública en la web del organismo— y ofreció una recompensa de 250.000 pesos (unos 12.500 dólares) por alguna pista sobre su paradero.
Según la escueta información que ha dado a conocer la Fiscalía de Veracruz, Botas ha sido detenido en Mérida (Yucatán). Las autoridades veracruzanas estrecharon el cerco del presunto asesino de Bendimes tras un cateo en la casa de su abuela, en la capital yucateca. Pese a permanecer un año lejos de la justicia, de esquivar órdenes de detención internacionales, lo que encendió la mecha de la Fiscalía y acercó al joven a su destino fue el vídeo de Botas en cadena nacional, que resucitó la indignación por el crimen de Bendimes, y sobre el que la fiscal del Estado de Veracruz, Verónica Hernández, se pronunció: “La procuración de justicia no se negocia”.
El joven había tratado no solo de lograr evitar a las autoridades, sino de que sus padres, que habían llevado a Bendimes al hospital —donde falleció unos días después, el 23 de abril de 2021—, quedaran libres. Botas apuntó directamente que lo sucedido se trató de un “lamentable accidente”. Que su familia no tuvo nada que ver. Y alegó una “cacería” en su contra y la de su familia. Pidió además que liberaran a sus padres, Diana Fuentes y Jorge Botas. Y las redes ardieron. Acostumbradas las mujeres de México a escuchar tantas veces y en tantos casos de otras asesinadas que se suicidaron, se cayeron, se murieron solas.
La familia de Bendimes contó que durante los días en que estuvo internada con severos golpes, la chica, de 20 años, estudiante de Ingeniería en Veracruz, pronunció un nombre antes de morir: “Fue Marlon”. La joven había sido ingresada el 17 de abril del año pasado después de que su pareja le propinara una paliza mortal, según señaló, que la mantuvo conectada a las máquinas de un hospital hasta que su cuerpo no resistió. Por ese entonces, el principal sospechoso ya estaba en paradero desconocido. Con la ayuda de sus padres, Marlon Botas logró huir mientras su novia agonizaba en un hospital.
El caso de Bendimes sufrió desde entonces un parón trágico. Como sucede con la mayoría de delitos en México, donde el 95% de ellos no se resuelve. Y, especialmente, en los casos de violencia machista, una crisis de seguridad nacional que ningún Gobierno ha logrado controlar, que no da tregua impunemente a la mitad de su población y que se cobra la vida de 11 mujeres al día. Pese a la encarcelación de los padres, que habían huido a la capital del país, Botas se había salido con la suya.
Con la captura de Botas este viernes, la Fiscalía de Veracruz lanza un mensaje de “cero impunidad contra los crímenes de género”, así se manifestó la fiscal sobre este tema tras el polémico vídeo. No obstante, el Estado tiene todavía una cuenta pendiente por la cantidad de feminicidios sin resolver. Solo en 2020 —la última cifra de la que el Instituto Nacional de Estadística (el conteo más fiable) tiene registro— 37 mujeres murieron asesinadas en este Estado de 8 millones de habitantes. Otras 88 han desaparecido en lo que va de año.