La nave caerá en la Tierra entre el 7 y el 11 de mayo, dependiendo de las condiciones atmosféricas, según la NASA
La nave espacial de carga rusa Progress M-27M, lanzada la semana pasada con destino a la Estación Espacial Internacional y que sufrió una avería irreparable, caerá en la Tierra entre el 7 y el 11 de mayo, dependiendo de las condiciones atmosféricas, según la NASA.
“La zona de caída de restos que no se quemen en la atmósfera, puede ser cualquiera en el rango comprendido entre los 52 grados de latitud Sur y los 52 norte”, estimaron los científicos estadunidenses.
Pese a su descenso incontrolado, la mayor parte del carguero se desintegrará en el aire, lo que ayudará a evitar cualquier tipo de riesgo.
“Es altamente improbable que suponga una amenaza para nadie”, aseguraron los expertos del Centro Espacial Johnson, en Houston, Estados Unidos.
El vehículo espacial sufrió un daño cuyas causas no han podido ser determinadas por el Gobierno ruso.
Si tuviéramos en nuestras manos algo material, podríamos determinar qué es lo que ocurrió. Por el momento, nadie tiene versiones significativas. Es muy extraño. Démosles tiempo a los expertos», dijo hace unos días Dmitri Rogozin, viceprimer ministro ruso, a medios locales.
El Centro de Control de Vuelos Espaciales de Rusia perdió el control del carguero, lanzado desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) a las 07.10 GMT del martes 28 de abril, después de que éste quedara situado en una órbita errónea y dejara de enviar datos a la Tierra debido a que no se desplegaron todas sus antenas.
De acuerdo con la NASA, la mayor parte de la nave no sobrevivirá a las altas temperaturas de la reentrada atmosférica, pero puede haber piezas que sobrevivan.
Las Progress, que se emplean desde hace 35 años, es uno de los grandes orgullos de la industria aeroespacial rusa, con un historial prácticamente inmaculado: hasta ahora sólo habían sufrido un solo accidente, en agosto de 2011, provocado por un fallo del cohete portador.
Todos los intentos por retomar el control de la nave automática, que debía llevar a la Estación Espacial Internacional cerca de 2.5 toneladas de suministros -combustible, oxígeno, alimentos, equipos científicos-, fueron infructuosos.