Con visión ciudadana
Adicional al tema principal del aumento al salario, las autoridades universitarias dieron cuenta de otras modificaciones hechas al contrato respecto al año pasado, destacando principalmente la revisión cláusula por cláusula del contrato con el fin de regularizar la situación de algunos términos que se encontraban oscuros y se prestaban a confusión por parte de los docentes y trabajadores de la universidad, posterior a la firma del acuerdo, el mismo se presentó ante la Junta de Conciliación y Arbitraje para darle plena fuerza legal, dando total efecto ante la Secretaría de Educación Pública, que deberá canalizar los recursos extra a la brevedad, incluso de manera retroactiva para los meses de enero y febrero.
Sin duda la relación de cordialidad que impera al interior de la Universidad Autónoma de Nayarit, abona en gran medida a que puedan concentrarse los esfuerzos en dar la mejor calidad educativa, la cooperación y coordinación son una constante entre estas principales fuerzas al interior de la máxima casa de estudios y los resultados siempre han estado a la vista, hasta para quien se ostente con el ojo más crítico, trabajar en equipo es siempre mejor que tratar de confrontar y obtener resultados tratando de generar conflictos, por lo pronto hasta 2017, los trabajadores que forman parte de la Universidad tanto empleados y docentes, tienen plena certeza de que se materializó el mejor escenario posible en beneficio de ellos y de los estudiantes que a final de cuentas son los que resienten los hipotéticos conflictos.
Si bien es cierto que nuestra moneda se ha depreciado respecto al dólar, que la turbulencia financiera internacional no se ha detenido y a que el poder adquisitivo de los salarios ha disminuido, hablar de aumentos mayores sería poner en peligro la supervivencia de la universidad, y eso creo que a nadie le conviene, quizá la lideresa del SUTSEM debería tomar nota de lo virtuosos que pueden ser los acuerdos racionales, quizá algún día.