Alrededor de 15 millones de electores estaban llamados a las urnas el domingo: la Carta aprobada en 1980, bajo el régimen de Pinochet, sigue en vigor. El país se arriesga ahora a un estallido de protestas y a la caída del Gobierno de Boric, en funciones desde diciembre de 2021.
Chile dice «no» a la reforma de la Constitución querida por el presidente Gabriel Boric y la mayoría de centro-izquierda que le apoya. Más del 60% de los electores, es decir, unos 15 millones de personas llamados a las urnas, votaron ayer en contra de la nueva Carta, prefiriendo mantener la «ultraliberal» redactada en 1980, bajo el régimen de Augusto Pinochet. La noticia, según los analistas, podría desencadenar nuevas protestas en el país latinoamericano y hacer caer el gobierno de Boric, que lleva menos de un año en el cargo. La decisión de redactar una nueva Constitución había sido tomada por los mismos ciudadanos chilenos en octubre de 2020, cuando más del 78% del electorado votó el referéndum para redactar el texto que podría representar un cambio radical para el país.
El texto y las posibles reformas
La nueva Constitución constaba de 388 artículos y fue redactada por una Asamblea de 154 ciudadanos, entre los que había políticos, activistas, abogados y científicos. Entre ellos, por primera vez, estaban también los pueblos indígenas que, gracias a una ley especial, obtuvieron 17 escaños para sus representantes. También fue la primera constitución igualitaria, redactada al 50% por hombres y mujeres; también aprobaría políticas ambientalmente sostenibles. Durante meses, las encuestas daban una ventaja en el número de ciudadanos que votarían por el rechazo, pero la realidad superó con creces las expectativas.
Obispo Covili: hay lecciones que tenemos que aprender como país
El pastor de la diócesis de Iquique, Monseñor Isauro Covili, publicó un mensaje tras conocerse el resultado del plebiscito sobre la propuesta constitucional. El prelado, que afirma que la democracia “ha ganado”, sostiene que sin embargo “nadie puede sacar cuentas alegres”, sino bien, que hay lecciones deben ser aprendidas «como país”. “Cuando en la elaboración de un texto que debiera concitar la unidad de nuestra nación, no se acoge ni se escucha a instituciones importantes de nuestra historia y vida en sus aportes» sostiene, precisando que se refiere con ello a las Iglesias, entre ellas a los Obispos de la Iglesia católica, y «donde una minoría pretendía imponer su visión y su querer», continúa, «normalmente es un texto que, aun teniendo temáticas muy buenas, estaba destinado a no ser aceptado por la mayoría, especialmente por haber introducido el aborto libre y la eutanasia entre otros temas”.
De ahí que en la presente coyuntura sociopolítica invite a “colaborar en bien de la unidad del país, respetándose en lo diverso que se es y a buscar con dedicación y verdad puentes de entendimiento, de diálogo, de fraternidad, de reconciliación, y no de confrontación”.
Un texto que concite una visión de país compartido por amplia mayoría
El rechazo manifestado por los votantes – afirma también el prelado – no significa quedarse con el actual texto constitucional, sino tiene que ver con el deseo de escribir un nuevo y mejor texto que concite unidad y una visión de país compartido por una amplia mayoría y para ello confío en que el Presidente Gabriel Boric tendrá la suficiente altura de miras para entender y atender los desafíos en esta materia.